Por Andrea Rivero
8 de febrero de 2023Un equipo de investigadores, liderados por el investigador español Juan Carlos Izpisúa, ha demostrado en mamíferos que las marcas epigenéticas adquiridas en diferentes puntos del genoma por la interacción con el ambiente son transmitidas a su descendencia. Es decir, los hábitos de vida y el entorno en el que viven abuelos y padres marcan su ADN y estas “marcas genéticas” se transmitirán generación tras generación.
La epigenética es el estudio de los cambios en la función de los genes que son hereditarios y que no pueden atribuirse a alteraciones de la secuencia de ADN. Por ejemplo, esto podría explicar que dos gemelos padezcan distintas enfermedades. El estudio, publicado en la revista científica Cell, supone un hito al nivel de las teorías más famosas de la historia, como la de la heredabilidad de las características adquiridas de Lammarck, cuyo postulado defendía que cada organismo cambia durante la vida para adaptarse a su entorno y que esos cambios se transmiten a su descendencia. “El desarrollo de este estudio nos ha llevado más de 10 años de trabajo y demuestra la importancia que el medio ambiente puede tener, a través de la epigenética, sobre el devenir de nuestras vidas y las de nuestros descendientes”, indica el doctor Izpisúa.
El equipo ha analizado en ratones cómo se activan dos genes relacionados con el metabolismo, Ldlr y Andrd, que, a su vez, están asociados a la hipercolesterolemia y a la obesidad respectivamente. Posteriormente, crearon ratones que padecían estas enfermedades y observaron que su descendencia también adquiría estos rasgos durante al menos 10 generaciones. De acuerdo con Estrella Núñez, coautora del artículo, “este estudio nos ha permitido presentar la primera evidencia directa de que la información epigenética puede transmitirse de forma estable a la descendencia a través de las líneas germinales paterna y materna”.
Se trata de la primera evidencia de la herencia epigenética transgeneracional en mamíferos, ya que antes se había demostrado en plantas e invertebrados. “Estos resultados, en caso de demostrarse en ensayos clínicos, nos ayudarán a comprender mejor la etiología, el diagnóstico y la susceptibilidad de la descendencia a enfermedades humanas no heredadas genéticamente, como por ejemplo la susceptibilidad hereditaria al cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurodegenerativas y obesidad”, concluye Izpisúa.
Imagen de la investigación sobre la transmisión epigenética de la obesidad en ratones. De izquierda a derecha: a) ratón control, b) ratón de la primera generación tras la modificación y c) ratón de la tercera generación tras la modificación.