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El gas xenón demuestra efectos neuroprotectores frente al Alzheimer en estudios preclínicos

La investigación revela que suprime la neuroinflamación, reduce la atrofia cerebral y activa respuestas protectoras

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El gas xenón demuestra efectos neuroprotectores frente al Alzheimer en estudios preclínicos
Europa Press

Por Medicina Responsable

16 de enero de 2025

Una nueva investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Mass General Brigham y la Universidad Washington en San Louis, ambas en Estados Unidos, ha descubierto que la inhalación de gas xenón redujo la neurodegeneración y aumentó la protección en modelos preclínicos de la enfermedad de Alzheimer.

Los resultados se han publicado en Science Translational Medicine y a principios de este 2025 comenzará un ensayo clínico de fase 1 del tratamiento en voluntarios sanos.

La mayoría de los tratamientos que se están aplicando hoy en día para protegerse contra la enfermedad de Alzheimer se centran en las placas amiloides y los ovillos de tau que se acumulan en el cerebro, pero esta nueva investigación descubrió que la inhalación de gas xenón suprimía la neuroinflamación, reducía la atrofia cerebral y aumentaba los estados neuronales protectores en modelos de ratón de la enfermedad de Alzheimer. "Es un descubrimiento muy novedoso que demuestra que la simple inhalación de un gas inerte puede tener un efecto neuroprotector tan profundo", afirma el autor principal y coautor del estudio, el doctor Oleg Butovsky, del Centro Ann Romney de Enfermedades Neurológicas del Brigham and Women's Hospital (BWH), miembro fundador del sistema de atención sanitaria del Mass General Brigham.

"Una de las principales limitaciones en el campo de la investigación y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer es que resulta extremadamente difícil diseñar medicamentos que puedan atravesar la barrera hematoencefálica, pero el gas xenón sí lo hace. Esperamos ver este novedoso enfoque probado en humanos", añade.

"Es emocionante que en ambos modelos animales que modelan diferentes aspectos de la enfermedad de Alzheimer, la patología amiloide en un modelo y la patología tau en otro modelo, el xenón haya tenido efectos protectores en ambas situaciones", subraya el autor principal y coautor correspondiente David M. Holtzman, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis.

Las causas de la enfermedad de Alzheimer no se comprenden del todo; actualmente no existe cura y se necesitan desesperadamente tratamientos más eficaces. La enfermedad de Alzheimer, que se caracteriza por la acumulación de proteínas en el cerebro, incluidas las proteínas tau y amiloide, altera la comunicación entre las células nerviosas y provoca anomalías cerebrales progresivas que conducen al daño neuronal y, en última instancia, a la muerte.

La microglia

Las células inmunitarias primarias y más importantes del cerebro, actúan como "primeras intervinientes" cuando algo va mal en el cerebro y desempeñan un papel clave en la regulación de la función cerebral en todas las fases del desarrollo. La desregulación de la microglia es un componente clave de la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores diseñaron anteriormente una forma de estudiar cómo responde la microglia a la neurodegeneración y confirmó que un fenotipo específico de la microglia puede modularse de una manera que resulta protectora en la enfermedad de Alzheimer.

El estudio trató a modelos de ratón con enfermedades de Alzheimer con gas xenón, que se ha utilizado en medicina humana como anestésico y como neuroprotector para tratar lesiones cerebrales. El gas xenón penetra la barrera hematoencefálica y pasa del torrente sanguíneo directamente al líquido que rodea el cerebro.

El equipo descubrió que la inhalación de gas xenón reducía la atrofia cerebral y la neuroinflamación y mejoraba la conducta de construcción de nidos en los modelos de ratón con enfermedad de Alzheimer. También inducía y aumentaba una respuesta microglial protectora que está asociada con la eliminación de amiloide y la mejora de la cognición

A medida que se ponen en marcha las primeras fases del ensayo clínico para establecer la seguridad y la dosis, el equipo de investigación planea seguir estudiando los mecanismos por los que el gas xenón logra sus efectos, además de su potencial para tratar otras enfermedades como la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica y las enfermedades oculares que implican la pérdida de neuronas. El equipo también está ideando tecnologías para ayudar a utilizar el gas xenón de forma más eficiente, así como para reciclarlo potencialmente.

"Si el ensayo clínico sale bien, las posibilidades de utilizar el gas xenón son enormes. Podría abrir la puerta a nuevos tratamientos para ayudar a los pacientes con enfermedades neurológicas", asegura el coautor Howard Weiner,codirector del Centro Ann Romney para Enfermedades Neurológicas en BWH e investigador principal del próximo ensayo clínico.

 



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