Por Medicina Responsable
17 de junio de 2025Investigadores del Instituto Karolinska y la Universidad de Lund (Suecia) han identificado una nueva estrategia de tratamiento para el neuroblastoma, un tipo agresivo de cáncer infantil. Mediante la combinación de dos inhibidores de enzimas antioxidantes, han transformado células cancerosas de ratones en células nerviosas sanas. El estudio se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El neuroblastoma es un tipo de cáncer infantil que afecta al sistema nervioso y es la principal causa de muerte por cáncer en niños pequeños. Algunos pacientes tienen un buen pronóstico, pero quienes presentan tumores metastásicos a menudo no pueden curarse a pesar de las combinaciones modernas de cirugía, radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia.
"Los niños que sobreviven a menudo tienen dificultades cognitivas de por vida debido al duro tratamiento, por lo que existe una gran necesidad de nuevas formas de terapias para niños con neuroblastoma", explica Marie Arsenian Henriksson, profesora del Departamento de Microbiología, Tumores y Biología Celular del Instituto Karolinska.
La terapia de diferenciación es un método de tratamiento utilizado en el neuroblastoma que busca transformar las células cancerosas en células más maduras y sanas. El problema con la terapia de diferenciación actual con ácido retinoico es que muchos pacientes no responden al tratamiento y aproximadamente la mitad desarrolla resistencias frente a ella.
En colaboración con investigadores de la Universidad de Lund (Suecia), el equipo de investigación de Henriksson ha demostrado que la inhibición de dos enzimas específicas, PRDX6 y GSTP1, podría ser una alternativa al tratamiento con ácido retinoico.
El neuroblastoma se caracteriza por un alto estrés oxidativo debido al metabolismo activo de las células cancerosas. Por lo tanto, los tumores dependen de enzimas antioxidantes como PRDX6 y GSTP1 para gestionar el estrés y evitar la muerte celular. Los niveles elevados de estas enzimas se asocian con un peor pronóstico.
"Cuando inhibimos estas enzimas en cultivos celulares, así como en modelos de ratón, algunas de las células tumorales mueren mientras que otras maduran y se convierten en neuronas activas y sanas, lo que perjudica el crecimiento del tumor", aclara Judit Liaño-Pons, investigadora del Departamento de Microbiología, Tumores y Biología Celular del Instituto Karolinska.
Los investigadores apuntan que el próximo reto pasa por probar en un ensayo clínico para investigar su seguridad y eficacia en niños. Uno de los inhibidores ha recibido la designación de medicamento huérfano de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. para el tratamiento de un diagnóstico diferente en adultos, lo que lo convierte en un candidato a fármaco particularmente prometedor, según los científicos.