Por Gema Puerto
4 de diciembre de 2023El vínculo afectivo y emocional que se crea entre una madre y su recién nacido al nacer es una de las experiencias más bellas que existe, pero también es fundamental para el desarrollo de los más pequeños. El contacto piel con piel de ambos permite regular el latido y la respiración del bebé, le ayuda a reducir la probabilidad de tener una hipoglucemia (bajada de azúcar) y le permite una mayor liberación de la hormona oxitocina, conocida como hormona del amor por promover el vínculo emocional con los demás.
Sin embargo, cuando un recién nacido es prematuro el bebé apenas tiene contacto físico con sus progenitores nada más nacer, ya que es introducido inmediatamente en una incubadora para que su cuerpo se mantenga caliente y estabilizado, lo que dificulta que el contacto piel con piel entre madre e hijo tenga lugar. Para demostrar que esta técnica también es beneficiosa para bebés prematuros, los investigadores del Instituto Karolinska de Finlandia, en colaboración con el Hospital Universitario de Stavanger (Noruega) y la Universidad de Turku (Finlandia) han realizado un estudio que ha sido publicado en la revista científica JAMA Network Open.
En el “Estudio piel a piel inmediato entre padres e hijos” (IPISTOSS), 91 bebés prematuros nacidos entre las semanas 28 y 33 fueron asignados aleatoriamente a los cuidados tradicionales en incubadora o al contacto inmediato piel con piel con uno de los padres.
El estudio ha demostrado, entre otras cosas, que el contacto inmediato piel con piel es seguro para los bebés prematuros y beneficioso para su estabilización cardiorrespiratoria y mantenimiento de la temperatura.
Los investigadores también estudiaron el desarrollo social a los cuatro meses de edad de 71 de estos bebés prematuros. Los niños fueron asignados aleatoriamente para recibir atención estándar en una incubadora o recibir atención, descansando sobre el pecho de uno de sus padres, ya fuera el de la madre o el del padre, durante las primeras seis horas después del nacimiento. "Lo nuevo de nuestro estudio es que también permitimos que los padres tuvieran contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento de los bebés. En la mayoría de los estudios anteriores, es la madre la principal cuidadora, pero en nuestro caso fueron los padres quienes tuvieron el mayor contacto piel con piel", señaló Wibke Jonas, matrona y profesora asociada del Departamento de Salud de la Mujer y del Niño del Instituto Karolinska. "El estudio ha identificado a los padres como un recurso no explotado anteriormente que realmente tiene una función importante al tener un contacto piel con piel inmediato con su hijo si la madre no está disponible", afirmó Siri Lilliesköld, estudiante de doctorado en el mismo departamento y enfermera especialista.
Después de cuatro meses, la interacción social entre madre e hijo fue filmada y evaluada por dos psicólogos que no sabían qué niños habían recibido contacto temprano piel con piel y cuáles no.
La calidad de la interacción se midió según la escala Parent-Child Early Relational Assessment (PCERA), donde se califican diferentes elementos entre uno y cinco, siendo uno motivo de preocupación y cinco de muy buena calidad.
Los niños que recibieron contacto piel con piel inmediato obtuvieron resultados significativamente mejores en una subescala que mide las habilidades sociales y comunicativas del niño. En la escala de cinco puntos, su puntuación media se acercaba a cuatro, mientras que los niños atendidos según la práctica actual estaban ligeramente por encima de tres.
"Se pudo ver que los niños del grupo piel con piel tenían habilidades de comunicación ligeramente mejores, eran un poco más sociables y más felices", afirmó Wibke Jonas.
Los bebés prematuros tienen desafíos de desarrollo a medida que crecen y necesitan mucho apoyo. Aunque los avances médicos han avanzado mucho, todavía es necesario mejorar el cuidado de estos bebés, afirman los investigadores.
"Si combinamos la atención médica inmediata de los bebés muy prematuros con una intervención relativamente sencilla como el contacto piel con piel, esto tiene efectos en las habilidades sociales del niño", continúa Jonas Wibke.
“Estudios anteriores han demostrado que los bebés prematuros se desempeñan ligeramente peor cuando interactúan socialmente; por ejemplo, no dan señales tan claras en la interacción con sus madres. Por lo tanto, la cercanía entre los bebés y sus padres al nacer puede estimular la interacción posterior y, por tanto, el desarrollo del niño”.
"Debería introducirse ya en la atención neonatal"
Los beneficios del contacto inmediato piel con piel son tan claros que tanto Wibke Jonas como Siri Lilliesköld creen que debería introducirse ahora en la atención neonatal.
"Hemos trabajado muy activamente para minimizar la separación entre los niños y los padres en general, y ahora tenemos pruebas para hacer lo mismo con estos bebés tan prematuros", afirmó Siri Lilliesköld.