Por Andrea Martín
23 de septiembre de 2024Los campeonatos de bofetadas, también conocidos como bofetadas deportivas, han captado la atención del público en los últimos tiempos, pero un reciente estudio académico publicado en la revista JAMA Surgery advierte sobre los graves riesgos neurológicos y craneales que enfrentan los participantes. El análisis, realizado por expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.), ofrece una primera evaluación cuantificable de los posibles peligros asociados a esta actividad a corto y largo plazo, que ha ganado popularidad en plataformas digitales. Los resultados ofrecen un punto de partida para las conversaciones en torno a las normativas necesarias para garantizar la salud y el bienestar de los participantes a largo plazo.
El estudio se centró en identificar signos visibles de conmoción cerebral en los luchadores que participan en estas competiciones. Raj Swaroop Lavadi, investigador postdoctoral del Departamento de Neurocirugía de Pitt y autor principal, señala que “las peleas a bofetadas pueden ser entretenidas para el espectador, pero desde la medicina, los riesgos son alarmantes. Nuestro objetivo final es conseguir que todos los deportes profesionales sean más seguros para la salud neurológica de los atletas. Es realmente difícil prohibir cualquier deporte, pero sí es posible concienciar sobre los daños asociados”.
Las peleas a bofetadas, una actividad en gran medida clandestina, están ganando popularidad rápidamente y acumulan millones de espectadores en Internet. Los competidores, separados por un podio a la altura de la cintura, se colocan uno frente al otro y se turnan para asestar golpes contundentes con las manos abiertas en la cara del adversario. Según el reglamento oficial, los contrincantes tienen unos instantes para recuperarse, y el combate continúa hasta que uno de los participantes queda noqueado, o hasta que los jueces deciden el ganador.
Los investigadores analizaron 333 bofetadas en vídeos de competiciones, registrando signos de conmoción cerebral que incluyeron desde la pérdida de conciencia hasta una coordinación motora deficiente. Los resultados revelan que casi el 40% de las secuencias mostraban signos de mala coordinación motora, en cerca de un tercio de las secuencias los participantes tenían la mirada perdida y vacía, y en una cuarta parte de las secuencias los participantes tardaban en levantarse tras ser derribados por un golpe. Por otro lado, casi el 80% de los luchadores mostraron un signo visible de conmoción cerebral al menos una vez en la serie de combates.
El doctor Nitin Agarwal, coautor del estudio y profesor asociado de neurocirugía, expresó su preocupación. “Desde el punto de vista clínico, la conmoción cerebral puede manifestarse de distintas maneras, pero cada una de ellas puede provocar discapacidad a corto o largo plazo y trastornos socioeconómicos. Como médico con experiencia en artes marciales y apasionado de los deportes de combate, me sigue preocupando la frecuencia de los signos manifiestos de conmoción cerebral entre los luchadores de bofetadas".
El equipo busca ahora medir el impacto físico de las bofetadas mediante boquillas especializadas, con el objetivo de mejorar la seguridad en este tipo de competiciones y concienciar sobre los peligros que conllevan, ayudando a crear normativas que resguarden el bienestar de los luchadores a largo plazo.