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Descubren el modo de predecir cuál de nuestros órganos fallará primero

Científicos de Universidad de Stanford, (EE. UU) hallan cómo estimar la edad biológica de un órgano y predecir si sufrirá alguna enfermedad, con un análisis de sangre

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Descubren el modo de predecir cuál de nuestros órganos fallará primero
@freepik

Por Julia Porras

7 de diciembre de 2023

Un nuevo estudio dirigido por científicos de la Universidad de Stanford, en EE. UU, ha hallado un modo sencillo de estudiar el envejecimiento de los órganos mediante el análisis de distintas proteínas, o conjuntos de ellas en la sangre, lo que permite predecir el riesgo de enfermedades de los pacientes. Según el estudio, aproximadamente uno de cada cinco adultos razonablemente sanos de 50 años o más, tiene al menos un órgano que envejece a un ritmo muy acelerado.  

El estudio llevado a cabo en 5.678 personas ha demostrado que nuestros órganos envejecen a diferentes ritmos, y cuando la edad de un órgano es especialmente avanzada en comparación con otras personas de la misma edad, ese paciente tiene más riesgo tanto de sufrir enfermedades asociadas a ese órgano como de morir. Con este hallazgo, los científicos podrían realizar las intervenciones terapéuticas mucho antes de que se manifiesten los síntomas clínicos. 

"Podemos estimar la edad biológica de un órgano en una persona aparentemente sana", ha dicho el autor principal del estudio, Tony Wyss- Coray, profesor de Neurología de la Universidad de Stanford. "Eso, a su vez, predice el riesgo de una persona de sufrir enfermedades relacionadas con ese órgano, y por tanto prevenirlas y tratarlas”. 

Edad biológica versus cronológica 

"Numerosos estudios han arrojado cifras únicas que representan la edad biológica de los individuos (la edad implícita en una sofisticada serie de biomarcadores) en contraposición a cantidad real de años que han pasado desde su nacimiento", explica Wyss-Coray. El nuevo estudio ha ido un paso más allá y ha obtenido números distintos para 11 órganos, sistemas de órganos o tejidos clave elegidos para analizar en el estudio, como son: corazón, grasa, pulmón, sistema inmunológico, riñón, hígado, músculo, páncreas, cerebro, sistema vascular e intestino. 

"Cuando comparamos la edad biológica de cada uno de estos órganos de un individuo con otras personas de su misma edad, entre un gran grupo de personas sin enfermedades graves obvias, encontramos que el 18,4% de las personas de 50 años o más tenían al menos un órgano que envejecía significativamente más rápidamente que el promedio”, explica Wyss-Coray. "Y descubrimos que estos individuos tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades en ese órgano en particular en los próximos 15 años". Además de aumentar el riesgo de mortalidad entre un 15% y un 50%, dependiendo del órgano afectado. 
Utilizando tecnologías y un algoritmo de su propio diseño, los investigadores evaluaron los niveles de miles de proteínas en la sangre de las personas, determinando que casi 1.000 de esas proteínas se originaban dentro de uno u otro órgano y vinculando niveles altos de esas proteínas con los órganos correspondientes, con envejecimiento acelerado y susceptibilidad a las enfermedades y la mortalidad. 
Luego utilizaron las proteínas que habían identificado para concentrarse en cada uno de los 11 órganos que habían seleccionado para el análisis, midiendo los niveles de proteínas específicas de órganos dentro de la sangre de cada individuo.  

Por ejemplo, las personas con envejecimiento cardíaco acelerado pero que inicialmente no presentaban ninguna enfermedad activa o biomarcadores clínicamente anormales tenían un riesgo 2,5 veces mayor de insuficiencia cardíaca que las personas con corazones que envejecían normalmente. Por otro lado, aquellos con cerebros "más viejos" tenían 1,8 veces más probabilidades de mostrar un deterioro cognitivo en cinco años que aquellos con cerebros "jóvenes". El envejecimiento acelerado del cerebro de hecho predijo el riesgo de progresión de la enfermedad de Alzheimer tan bien como lo hacen los biomarcadores clínicos existentes en la actualidad.  

"Si podemos reproducir este hallazgo en 50.000 o 100.000 individuos, significará que, al monitorear la salud de órganos individuales en personas aparentemente sanas, podríamos encontrar órganos que estén experimentando un envejecimiento acelerado en los organismos de las personas y tal vez podamos tratar a las personas antes de que se enfermen”. Este hallazgo también podría conducir a nuevos objetivos farmacológicos. 

El estudio ha sido publicado en la revista Nature.   
 
 



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