Por Sergio Díaz
25 de septiembre de 2024Una investigación realizada por la Weill Cornell Medicine de Qatar, publicada en la revista BMJ Global Health, advierte sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente del consumo de agua embotellada. Unos 2.000 millones de personas en todo el mundo que tienen acceso limitado o nulo a agua potable dependen del agua mineral. Mientras que en lugares donde el agua si es potable, los expertos recomiendan beberla del grifo y evitar el agua embotellada, ya que puede ser perjudicial para nuestra salud y para el planeta.
La investigación indica que las botellas de plástico pueden filtrar sustancias químicas dañinas para la salud humana, especialmente cuando se almacenan durante mucho tiempo o se exponen a altas temperaturas y a la luz solar. Entre estas sustancias, los investigadores destacan la presencia de microplásticos, ftalatos y bisfenol A (BPA), compuestos que actúan como disruptores hormonales y están asociados con problemas de salud como hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. De hecho, se estima que entre el 10% y el 78% de las muestras de agua embotellada contienen contaminantes.
“La contaminación por microplásticos está asociada con el estrés oxidativo, la desregulación del sistema inmunológico y cambios en los niveles de grasa en la sangre”, explican los autores. Añaden que, aunque existen límites de seguridad a corto plazo, los efectos a largo plazo de estos contaminantes “siguen siendo en gran medida desconocidos”. Además, advierten que los microplásticos pueden entrar en la cadena alimentaria, lo que agrava los riesgos.
Desde una perspectiva ambiental, el agua del grifo también es una opción más sostenible. Las botellas de plástico representan el 12% de todos los desechos plásticos en los océanos, y solo el 9% de ellas se reciclan a nivel mundial. “La mayoría de estas botellas termina en vertederos, incineradoras o se exporta a países de ingresos bajos y medios para su procesamiento”, explican los autores. Además, la extracción de materias primas y la producción de estas botellas contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque se han creado normativas para reducir el uso de plásticos de un solo uso y promover el acceso a agua potable en espacios públicos, los expertos insisten en que se necesita hacer más. “La evidencia acumulada subraya el papel fundamental de las intervenciones gubernamentales y las campañas educativas para cambiar la percepción y el comportamiento del público”, señalan. Estas campañas, según el estudio, deberían resaltar los beneficios para la salud y el medio ambiente de elegir agua del grifo.
El estudio concluye con una advertencia: cada minuto se compran un millón de botellas de agua en todo el mundo, y esa cifra seguirá aumentando. “Los gobiernos deben afrontar urgentemente estos problemas, especialmente en países de ingresos bajos y medios, donde es crucial invertir en infraestructura para garantizar el acceso a agua potable segura”, concluyen los expertos.