Por Julia Porras
2 de abril de 2024Hace 40 años el papel de la farmacia hospitalaria era comprar medicamentos y distribuirlos a las plantas. En la actualidad, y aunque esta continúe siendo una de sus principales funciones, “es un servicio clínico como otros del hospital, de hecho, colabora con ellos para buscar el mejor resultado de salud para los pacientes a través de la terapia con medicamentos”, explica José Miguel Ferrari, jefe del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital 12 de Octubre de Madrid. “Antes, la farmacia hospitalaria era como un almacén de medicamentos y ahora es un órgano vital, un servicio transversal que usan todas las especialidades del hospital y, por supuesto, los enfermos externos”.
La adquisición de medicamentos es una labor importante dentro de cualquier farmacia hospitalaria pero también lo es la validación de la prescripción médica, es decir, “la revisión por parte del personal farmacéutico de la farmacia de los medicamentos que prescriben los médicos a sus pacientes, como un filtro que garantice que esos medicamentos son correctos para el paciente, para su mayor eficacia y seguridad en relación con su condición clínica”, apunta Ferrari.
Otra de las labores de la farmacia hospitalaria, por la que quizá es más conocida esta unidad, es la responsabilidad técnica de la adquisición del medicamento, que como cualquier otro producto “tiene sus normas y protocolos de adquisición”, explica el jefe de este servicio del Hospital 12 de Octubre. Así, el proceso es el siguiente: en primer lugar, el hospital selecciona todos los medicamentos que son necesarios para el tratamiento de los pacientes de ese hospital y, posteriormente, pasa esta petición a la farmacia hospitalaria, que es quien determina las características concretas de ese medicamento, el tipo de dosis o la presentación más adecuada. “La compra se hace según la ley de contratos del sector público y, como se presentan varios laboratorios con el mismo producto, lo que hacemos es determinar desde la farmacia cual es el que nos viene mejor. El que traiga por ejemplo un QR de información en cada comprimido o sea una presentación que no necesite preservarse en nevera, tendrá más posibilidades de que lo compremos”, explica Ferrari.
Una vez que los administrativos de la farmacia hospitalaria hacen el pedido, bajo la supervisión de los farmacéuticos, los fármacos se redistribuyen por las plantas mediante un sistema de armarios digitalizados que indican incluso a las enfermeras cuando hay que reponer un medicamento concreto. “Cada armario digitalizado tiene en un compartimento la medicación de cada paciente, la enfermera solo tiene que teclear su nombre y el armario se lo proporciona. Todo está automatizado”, explica Ferrari.
No suele ocurrir, porque la farmacia prevé el abastecimiento de los medicamentos, pero si ocurriera el desabastecimiento de algún medicamento “porque los laboratorios no lo proporcionan en un momento dado”, explica Ferrari, “podemos recurrir al préstamo entre hospitales o, si el desabastecimiento es avisado por el propio Ministerio de Sanidad, tenemos su permiso para importarlo desde el extranjero”.
Otra tarea muy importante de la farmacia hospitalaria es la redosificación, “porque no a todos los pacientes se les puede administrar el medicamento en la misma medida”, explica el jefe de este servicio del hospital madrileño. Por ejemplo, la quimioterapia se aplica por kg. de la persona y esa labor la hace también la farmacia hospitalaria.
La farmacia hospitalaria, además, tiene que surtir a pacientes externos de medicamentos específicos que no pueden conseguirse en una farmacia comunitaria. Son medicamentos que legalmente solo se pueden conseguir en un hospital y el paciente tiene que recogerlo y administrárselo en casa. “En el 12 de Octubre, por ejemplo, vienen diariamente 300 pacientes a recoger sus medicamentos prescritos, y desde la farmacia hospitalaria no solo se lo entregamos, sino que además le damos las instrucciones necesarias para que pueda administrárselo solo en su casa y procuramos que tenga adherencia al tratamiento”, explica Ferrari.
Aquí entran en juego otros especialistas que forman parte del equipo de la farmacia hospitalaria en el que hay farmacéuticos, enfermeros, técnicos de farmacia y personal administrativo para hacer la parte más técnica de los pedidos. “Al igual que el resto de profesionales sanitarios, los farmacéuticos tenemos que hacer el FIR, que es nuestra formación especializada, y aquellos que quieran trabajar en el hospital, tienen que hacer sus prácticas aquí en la farmacia hospitalaria”, apunta Ferrari.
Por eso desde la farmacia hospitalaria piden la integración en el proceso de tratamiento y curación del enfermo, porque “nos parece importante estar en el momento en el que un médico prescribe un medicamento a un enfermo. Sería una manera de involucrar a todos los actores del proceso”, dice Ferrari. Y es que, al final, lo importante es el resultado en salud del paciente. “El medicamento es la herramienta, nosotros desde la farmacia hospitalaria buscamos que el paciente reciba el fármaco adecuado y que sea seguro y eficaz. Pero sobre todo buscamos dar a los pacientes un trato humano, que participe en el proceso de su medicación, que tenga un papel activo en su tratamiento y curación”.