Formar a los médicos en cambio climático, un reto estratégico a nivel europeo

“La crisis climática es una crisis de salud pública”. Este ha sido uno de los mensajes centrales con los que la jefa de servicio técnico en la Oficina Española de Cambio Climático, María Salazar, ha sintetizado la necesidad de involucrar a los profesionales sanitarios en la respuesta frente a la emergencia climática, durante la jornada “Formando profesionales médicos para afrontar los retos del cambio climático”, celebrada en la Real Academia Nacional de Medicina de España.

Este evento, organizado por la Red Europea sobre Clima y Educación en Salud (ENCHE) junto con AstraZeneca y Sanitas, ha reunido en Madrid a expertos y líderes del sector sanitario para debatir sobre cómo se puede incorporar la creciente evidencia científica y los conocimientos en este campo en el desarrollo formativo de los médicos. Con el ambicioso objetivo de formar a 10.000 facultativos europeos de aquí a 2027, ENCHE trata de proporcionales los conocimientos y habilidades necesarios para anticiparse, prevenir y gestionar los retos que la crisis climática plantea para la salud de la población. 

Para el responsable de Cambio Climático en el gabinete de la ministra de Sanidad, Héctor Tejero, la clave de la respuesta sanitaria frente al clima pasa por transitar a “un sistema de salud sostenible”. Para ello, ha invitado a “salir del marco nefasto” que plantea la respuesta a la crisis climática en clave de “sacrificios”, para pasar a contemplarlo como un camino hacia “una vida mejor y con más salud”. Para ello, ha resaltado, es esencial que “los profesionales sanitarios sean conscientes del impacto de sus decisiones sobre salud en el cambio climático, de forma que se conviertan en hábito y motivación”.

Como ha señalado la copresidenta de ENCHE subdirectora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Glasgow, se persigue un doble objetivo con esta iniciativa: garantizar que los estudiantes conozcan los impactos del cambio climático y su relación con la salud y dotarles de herramientas para practicar una medicina más sostenible. Unos aspectos en los que resalta la importancia de la “cooperación entre países y administraciones para integrar esta formación”. En esta línea, la directora de asuntos corporativos y acceso al mercado de AstraZeneca España, Marta Moreno, ha destacado la necesidad de hacer más esfuerzos desde la academia y el sector sanitario para “hacer tangible con datos” esta relación y ayudar a que se traduzca en “acciones concretas" que comienzan con la formación de profesionales. Por ello, ha invitado a desterrar los “negacionismos” y aportar el conocimiento que demuestre que esto no es una cuestión de sensibilidades políticas, resaltando el compromiso de su compañía en la concienciación frente al cambio climático. 

La directora del Global Consortium on Climate and Health Education en la Universidad de Columbia ha aludido a la emergencia climática como “la realidad clínica del presente y no una preocupación del mañana”. En este sentido, ha señalado la “profunda paradoja” que existe en el sector sanitario en este aspecto, pues a la par que “trabaja para proteger la salud, también contribuye a la carga de enfermedades que se genera por la contaminación”, siendo responsable de entre un 3 y un 4% de las emisiones contaminantes.

Incorporar los contenidos de forma transversal

A nivel práctico, uno de los grandes desafíos es conseguir que esta avalancha de evidencias y conocimientos permee en los planes de estudio en las universidades. El presidente de la Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina de España, Antonio Compañ, ha señalado que existen “barreras estructurales y regulatorias para conseguirlo”, apuntando en primer lugar a la “rigidez del currículum y la sobrecarga” de asignaturas troncales muy difíciles de modificar. Por ello, la estudiante en de Medicina en la Universidad de Barcelona, Ana González, ha apuntado que las vías para hacerlo pasan por crear nuevas asignaturas obligatorias u optativas o incorporarlo sobre la base de las ya existentes en talleres y seminarios prácticos (la idónea, según ha argumentado), así como en el examen MIR. “Incluir preguntas sobre cambio climático sería un gran motivador para estudiar estos contenidos de manera practica”, ha sostenido a este respecto. En esta línea, el director de la Agencia de Calidad del Sistema Universitario de Castilla y León, Manuel Lázaro, ha sugerido centrarse en incorporarlo a través de “microcontenidos en las asignaturas y estaciones prácticas” bajo tres criterios: coherencia, resultados verificables y no añadir contenidos, sino rediseñarlos. 

Descartando la modificación de los planes de estudios por la complejidad para ejecutarlo, Compañ ha puesto el foco también en la necesidad de implantar una metodología formativa que apueste por una “integración transversal”. La falta de formación en este campo de los propios docentes, como uno de los grandes desafíos a enfrentar, hace necesario, a juicio de los ponentes, un programa de desarrollo progresivo de estas competencias. En este sentido, la subdirectora General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, Laura Ruiz, ha subrayado que esta formación para docentes y alumnos debe ser “multidisciplinar”, apostando por “alianzas multisectoriales a nivel europeo”. Así, ha reconocido que actualmente “hay un importante desarrollo de estrategias en clima y salud que quizá no llega a los estudiantes de ciencias de la salud” de forma adecuada. El director general de la Fundación Ecología y Desarrollo, Juan Ortiz, ha defendido la conveniencia de “apelar a la vocación y la excelencia profesional” en este sentido y apunta como reto conseguir “que el profesional sanitario se sienta involucrado” con esta causa. 

Las temperaturas extremas y la contaminación son las principales amenazas en esta materia, con unos efectos que se ven amplificados en las grandes ciudades. responsable de Gobernanza Clínica en Sanitas, Nuria Benito, ha destacado en este sentido que “en las ciudades, los impactos del cambio climático van a ser más evidentes”, con una población urbana cada vez más envejecida y un aumento de las patologías crónicas que les hacen más vulnerables al entorno. Por ello, la investigadora de la Cátedra Sanitas Salud y Medioambiente de la Universidad de Navarra, Ana Sánchez-Ostiz, ha propuesto Plantear acciones a nivel de ciudad, edificios y personas, para dar respuesta a situaciones como la reducción de zonas verdes en las ciudades, que se traduce en mayores índices de morbimortalidad. 

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