La gestión del dato, “el petróleo” del sistema vasco: “Vamos a convertirlo en un recurso más para los pacientes”

El sistema de salud vasco “parte de una posición sólida” para afrontar los retos relacionados con la transformación digital y la aplicación de las nuevas tecnologías al sistema de salud. Esta es una de las conclusiones a la que llegaron los ponentes de la segunda mesa de la jornada “Health Goals País Vasco. Un sistema sanitario de vanguardia”, organizada por Medicina Responsable y patrocinado por Air Liquide, Astellas y MSD.

Bajo el título “Innovación y tecnología al servicio de la salud”, la segunda mesa, moderada por Ernesto Sáenz de Buruaga, presidente de Medicina Responsable, centró la atención en uno de los grandes motores de la transformación sanitaria: la innovación tecnológica y la gestión del dato. Los ponentes coincidieron en que el sistema sanitario vasco parte de una posición sólida. “Vamos en la dirección adecuada”, aseguró Gontzal Tamayo Medel, viceconsejero de Salud y Transformación Digital del Gobierno Vasco, quien subrayó que, aunque los retos son comunes a otros sistemas europeos, Euskadi ha sabido identificar estrategias claras y aprender en un intercambio bidireccional con otros modelos. No obstante, reconoció la necesidad de “pequeños saltos cualitativos” para consolidar la transformación.

Más allá de la tecnología, el foco se desplazó hacia la capacidad del sistema para integrar la innovación de forma sostenible. En esta línea, Patricia Arratibel, directora del área Health en Deusto Business School, destacó que el verdadero desafío no está en disponer de herramientas avanzadas, sino en “vertebrar todo el dinamismo” para que estas calen en la organización. Una labor de planificación, gestión y cambio estructural que, aunque menos vistosa que los nuevos dispositivos o fármacos, resulta esencial para consolidar los avances a largo plazo.

Desde la perspectiva empresarial y tecnológica, Asier Albizu, director general de Biolan Microbiosensores y presidente de Basque Health Cluster, fue claro: “La parte tecnológica está superada”. El reto, afirmó, es lograr que esa tecnología “aterrice de forma ordenada” en un sistema ya muy avanzado, como el vasco, donde la historia clínica digital y la interoperabilidad están ampliamente desarrolladas. En este contexto, la regulación europea plantea un desafío añadido, especialmente en lo relativo al uso del dato.

Precisamente, el dato se erigió como uno de los grandes protagonistas del debate. Tamayo lo definió como un activo clave, comparable al “petróleo” del sistema, y explicó que el Gobierno Vasco se enfrenta ahora al cambio de paradigma que impulsa la Unión Europea: pasar del uso primario al uso secundario de los datos. “Nuestro punto de partida es muy bueno, pero ahora el reto es analizarlos, integrarlos y clasificarlos para convertirlos en un recurso real”, señaló.

El acceso equitativo y la medición del impacto fueron otros de los ejes centrales. Frente a la ausencia de registros nacionales en algunos ámbitos, como el cáncer de mama, Tamayo defendió que Euskadi dispone de esos datos gracias a su red sanitaria integrada, aunque reconoció que persisten desigualdades en el acceso efectivo según niveles socioeconómicos. Arratibel añadió que el sistema está evolucionando hacia la evaluación del impacto real de las políticas sanitarias, con una apuesta clara por la anticipación y la prevención.

La mesa también puso el acento en el papel del paciente. Albizu anticipó un cambio profundo: “El paciente será el dueño de su dato”, pasando de un rol meramente informado a uno participativo. Una visión compartida por Arratibel, quien defendió abrir el sistema a la investigación y a un uso más inteligente del dato para acelerar la innovación y devolver información útil tanto a profesionales como a ciudadanos.

El cierre dejó una imagen de transición y oportunidad. “Estamos en un momento de ebullición”, concluyó Tamayo, con múltiples herramientas disruptivas en fase de prueba antes de su implantación definitiva. Un escenario en el que la gestión del dato se perfila como uno de los pilares fundamentales para convertir la innovación tecnológica en un verdadero beneficio para los pacientes y para el conjunto del sistema sanitario vasco.

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