La revolución de la medicina estética: cada vez más pacientes y más jóvenes

Mejorar la apariencia física, el bienestar, la autoestima y el cuidado personal son las principales razones que llevan a los españoles a confiar en la medicina estética. Una confianza que cada vez va a más hasta el punto de haber alcanzado unas cifras sorprendentes. Según un informe de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), el 46,6% de la población de nuestro país se realizó un tratamiento en 2023. Un porcentaje en el que también ha tenido mucho que ver el aumento de la esperanza de vida, ya que las personas empiezan a buscar opciones no invasivas para retrasar el envejecimiento.

La mayoría de los pacientes que se realizan tratamientos estéticos son mujeres. No obstante, cada vez son más los hombres que se interesan por ellos. El año pasado, el porcentaje de ellas fue de un 69% y el de ellos, un 31%. Respecto a la edad media en la que se someten a un primer tratamiento, la SEME ha informado de que ha disminuido de los 35 a los 26 años.  

El excesivo consumo que tienen los más jóvenes de las redes sociales y su confianza en los contenidos que lanzan los influencers son los principales motivos de este descenso de edad. Los mensajes sobre la importancia de la imagen corporal y su relación con la autoestima les genera una presión social por conseguir la perfección física. 

Aun así, los pacientes de entre 40 y 60 años siguen siendo los más comunes. Este colectivo se somete a tratamientos para retrasar el envejecimiento, mientras que el joven recurre a la medicina estética para corregir pequeños defectos o mejorar rasgos específicos.

Los tratamientos más demandados

A pesar de la cantidad de información proporcionada por los profesionales y las clínicas de medicina estética, aún hay personas que la confunden con la cirugía plástica, estética y reponedora. En la primera, los procedimientos que se siguen son mínimamente invasivos, mientras que en la segunda se realizan intervenciones quirúrgicas con el uso de anestesia general en muchas ocasiones. 

Según la SEME, en 2023, los tratamientos médico estéticos más demandados fueron los rellenos con ácido hialurónico, el bótox, la mesoterapia (eliminación de la celulitis y de bolsas de grasa localizada, rejuvenecimiento facial), la luz intensa pulsada (para eliminar las huellas que deja en la piel el sol, el estrés o el paso de los años) y el plasma rico en plaquetas; empleado para estimular la producción de colágeno, elastina y tejido epidérmico. 

Todos estos procedimientos son mínimamente invasivos, tienen un menor tiempo de recuperación, además de menos efectos secundarios. Características que valoran los pacientes y que hacen que los prefieran a la cirugía. 

La percepción social que se tenía de ellos ha cambiado con el paso de los años. Antes, la medicina estética se consideraba algo exclusivo a ciertos grupos sociales, e incluso era considerada un tema tabú. En la actualidad, se ha normalizado y su demanda es más común. Se estima que un 69% de los pacientes son de clase alta o media-alta, un 25% de clase media y el 6% de clase baja. 

El intrusismo, al alza

En España, unos 4.500 médicos ejercen esta atención en 7.000 centros y clínicas. No obstante, hay jóvenes y adultos que confían en personas no tituladas ni cualificadas para someterse a los tratamientos médico estéticos, algo que puede tener consecuencias graves. Lo hacen, principalmente, por razones económicas, ya que ofertan precios más competitivos que los de los centros oficiales. La mayoría de ellos son captados a través de redes sociales.

La Sociedad Española de Medicina Estética ha manifestado que en 2023 recibió más de 300 denuncias por intrusismo. Una cifra muy superior a hace una década, cuando este ejercicio ilícito era algo anecdótico. “Tenemos una avalancha de personas, muchas de ellas llegadas de otros países, que vienen a ofrecer estos tratamientos y ni son médicos, ni utilizan productos de calidad ni autorizados. Algunas están causando secuelas importantes a las pacientes que se ponen en sus manos. Es un problema de salud pública”, ha subrayado.

El desconocimiento en la población ayuda a este intrusismo. Según esta entidad, un destacado número de personas no tiene claro lo que es realmente la medicina estética, por lo que no ubica correctamente los diferentes tratamientos.

A la espera del reconocimiento de la especialidad

Los profesionales de la medicina estética llevan varios años solicitando al Ministerio de Sanidad que se la reconozca como especialidad. Pero, a pesar de que, como manifiestan desde la SEME, ha mantenido varias reuniones con este departamento y ha presentado proyectos, documentos y borradores, la petición está paralizada. 

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