Vértigo: causas, diagnóstico y tratamiento de una patología que afecta especialmente a las personas mayores

Aunque pueda parecer una patología menor, el vértigo impacta sobre la calidad de vida en todas sus esferas, provocando alteraciones como ansiedad, náuseas o miedo a realizar actividades cotidianas. Esta afección se caracteriza por una sensación ilusoria de movimiento mientras se está en reposo que suele percibirse como un balanceo o un giro de todo aquello que rodea al paciente. 

El vértigo se origina por una alteración en el sistema vestibular, que se encuentra en el oído interno y tiene su centro neurológico en el encéfalo. Su aparición está vinculada a edades avanzadas, aunque también se da en pacientes con problemas de oído y de migraña, además de otras patologías como hipertensión o diabetes. En palabras del doctor Esteban Pacheco, otorrinolaringólogo del Hospital QuirónSalud Tenerife, esta patología provoca síntomas molestos e incapacitantes, generando una inestabilidad residual que se puede cronificar. Por ello, resalta la importancia de diagnosticarla y tratarla a tiempo para “hacer que los pacientes entiendan cuál es su problema, de dónde viene y cómo podemos solucionarlo”. 

Tratamiento adaptado al tipo de patología

Se distinguen dos tipos de vértigo principales en función de dónde se origine: el vértigo periférico (el más habitual), que aparece cuando están afectados los canales semicirculares del oído interno o el nervio vestibular, que transmite las señales del equilibrio hasta el cerebro; o el vértigo central, que se debe a una lesión del sistema nervioso central que afecta a los centros del equilibrio. El vértigo periférico se manifiesta con presión y dolor en el oído, además de zumbidos o pérdida de audición, mientras que el central genera alteraciones de la marcha, visión doble y dolores de cabeza.

La variante más frecuente de esta patología, el vértigo paroxístico posicional benigno, tiene una incidencia de 64 a 100 casos por cada 100.000 personas, aunque esta tasa es mayor entre la población mayor de 60 años. Este tipo de vértigo aparece por el desprendimiento de pequeños trozos de calcio que flotan en el líquido del oído interno, por lo que el cerebro recibe información confusa sobre la posición del cuerpo. Otro tipo de vértigo frecuente es el provocado por la enfermedad de Ménière, que se da por una afección crónica del oído interno.

En cuanto a su diagnóstico, el doctor Pacheco resalta dos pilares: la realización de una historia clínica adecuada y la exploración física. No en todos los casos se puede prevenir el vértigo, aunque las infecciones auditivas pueden ser foco de su aparición. Por ello, evitar estas infecciones con un cuidado apropiado de los oídos, una alimentación saludable y la evitación de exposición a ruidos intensos. Al ser habitual entre personas mayores, otro de los factores fundamentales es la prevención de caídas, por las morbilidades que pueden surgir como consecuencia. 

Para su tratamiento, el otorrinolaringólogo señala que varía según la tipología. Así, el vértigo posicional “se resuelve realizando unas maniobras liberatorias o de reposición con muy alta efectividad, en gente joven, una o dos maniobra son suficientes y en mayores de 65 años puede que se requiera más tiempo y diferente maniobras”. En cambio, para el Ménière, se “necesita prevención, seguimiento y manejo médico adaptado a cada paciente”. Se trata en ambos casos de tratamientos crónicos que ayudan a estabilizar los síntomas.

El especialista del Hospital QuirónSalud Tenerife señala que actualmente se está tratando de “estandarizar la historia clínica y las exploraciones para realizar bases de datos globales que nos permitan compartir conocimientos a nivel mundial”. Por último, el doctor Pacheco recalca que la prevención y el ejercicio son claves para evitar o disminuir alteraciones relacionadas con el equilibrio.

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