Por Andrea Rivero
23 de mayo de 2023A pesar de que el cáncer de piel es el más prevenible, en los últimos cuatro años se estima que, en España, su incidencia se ha incrementado un 40%. Entre todos estos tumores, el melanoma es el más agresivo y con peor pronóstico, y, en 2040, se cree que se convertirá en el segundo tumor con mayor incidencia en el mundo, según datos de la Academia Europea de Dermatología y Venereología. De hecho, en nuestro país ya afecta a unas 16 personas por cada 100.000 habitantes, detectándose más de 7.000 nuevos casos cada año. Pero ¿qué es el melanoma? ¿Cuáles son sus causas? ¿Cuáles son los factores de riesgo?
El melanoma es un tumor cuyo origen se encuentra en los melanocitos, las células encargadas de producir el pigmento que da color a la piel y que la protege de los rayos ultravioleta. Esta función es la que conlleva a que la mayoría de los melanomas se originen como consecuencia de una exposición continuada al sol, como en aquellas personas que trabajan en el campo, o de una exposición intermitente, en el caso de las quemaduras solares en la playa o la piscina. El problema principal de este tumor es que no genera síntomas notorios, lo que aumenta el riesgo de que se propague a diferentes partes del cuerpo si no se detecta a tiempo.
De acuerdo con el doctor José Luis López Estebaranz, presidente del Colegio Iberolatinomericano de Dermatología (CILAD), “es importante realizar revisiones periódicas con el especialista en dermatología, ya que nos puede ayudar a descubrir el problema de forma temprana y hará que su tratamiento sea mucho más sencillo y sus complicaciones mucho menores”.
Alrededor del 90% de los casos de melanoma se producen en la piel porque, tal y cómo explica el doctor López, “la piel es un órgano que tiene memoria. Si hemos padecido quemaduras de sol en nuestra niñez y juventud debemos estar alerta, la radiación ultravioleta intensa en la juventud daña el ADN celular y con la edad aumenta el riesgo de cáncer cutáneo”. Sin embargo, hay un porcentaje minoritario que se origina en las mucosas, pudiendo presentarse en la mucosa nasal, en la cavidad orofaríngea, en el aparato genital, en el aparato urinario y en el aparato digestivo. También existe otro tipo que se origina en la capa interna del ojo.
Existen una serie de factores de riesgo, además de la exposición solar, que hay que tener en cuenta. Aunque puede aparecer a cualquier edad, más de la mitad se diagnostican a partir de los 55 años. Asimismo, es más frecuente en mujeres, aunque también presentan un mejor pronóstico. Hay que estar pendiente de los lunares, ya que entre un 20-25% de los melanomas surgen de un lunar previo. A mayor número de lunares, sobre todo de gran tamaño y presentes desde el nacimiento, mayor riesgo de melanoma. “Han de tener especial cuidado aquellas personas con la piel muy blanca que se queman o se llenan de pecas con facilidad. También si existen antecedentes entre familiares de primer grado, ya que se calcula que el 10% de los casos tienen ese vínculo. O aquellos que han padecido cualquier otro tipo de cáncer de piel o que tienen un sistema inmunitario debilitado”, añade el doctor.
Existe una sencilla regla que resume las características que tiene que presentar un lunar para considerarse sospechoso, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
A: Asimetría. El lunar no es redondeado.
B: Bordes. Los bordes son irregulares.
C: Color. Presenta distintos colores, no son homogéneos.
D: Diámetro. El tamaño del lunar es mayor de seis milímetros.
E: Evolución. Ha presentado cambios en el tiempo.
En cualquier caso, la mejor prevención es una exposición responsable al sol, evitando la exposición prolongada, sobre todo en las horas centrales del día, y usar cremas con factor protector alto. Esto es especialmente importante en personas con piel clara y en los niños, ya que las quemaduras solares en la infancia son uno de los mayores factores de riesgo para desarrollar un melanoma.