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Nuevos tratamientos para las fracturas vertebrales por osteoporosis

Hoy en día existen procedimientos mínimamente invasivos que causan alivio inmediato del dolor de espalda, estabilizando las vértebras fracturadas

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Nuevos tratamientos para las fracturas vertebrales por osteoporosis

Por Gema Puerto

24 de mayo de 2023

Es conocida como una enfermedad silenciosa, ya que no siempre es diagnosticada, y, sólo en Estados Unidos, se estima que afecta a 700.000 personas al año, superando incluso la incidencia de fractura de cadera. Hablamos de la fractura vertebral por osteoporosis, o fractura de compresión vertebral osteoporótica (FCVO), una dolencia que causa dolor y reducción de la movilidad y que afecta, en su mayoría, a las mujeres. Según los expertos, aparece en el 25% de las mujeres de entre 70 y 79 años y en más del 50% con edades de 80 años o superiores.

Existen muchas causas que pueden llevar a una fractura vertebral, pero la más frecuente es la osteoporosis, una enfermedad sistémica caracterizada por una pérdida mineral ósea progresiva, que origina cambios en la arquitectura ósea que dejan el hueso vulnerable a una fractura. Según el doctor Francisco Villarejo, jefe de servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario La Luz de Madrid, la osteoporosis postmenopausia (tipo I) y la osteoporosis relacionada con la edad (tipo II) son las formas más frecuentes de pérdida mineral ósea observadas en la práctica clínica. Otras causas secundarias pueden ser “el hipercortisolismo, el hiperparatiroidismo, el abuso de alcohol y períodos prolongados de inmovilización”.

Síntomas 

Para el doctor Villarejo, las fracturas vertebrales por osteoporosis causan incapacidad, dolor de espalda y deformidad de la columna vertebral. “El síntoma inicial de la fractura de compresión vertebral es un episodio de dolor dorsal o lumbar agudo que ocurre en reposo o durante una actividad física rutinaria, como al levantarse, coger algún objeto de peso o al abrir una ventana”. Sin embargo, en algunos pacientes, “la fractura puede ser inicialmente asintomática y pasar desapercibida; eso sí, en los pacientes sintomáticos se puede observar con relativa frecuencia contractura de la musculatura paravertebral y un aumento de la intensidad del dolor con la flexoextensión de la columna y con la deambulación, mejorando cuando el paciente está en reposo”.

Los daños de esta enfermedad pueden variar; desde una inflamación y/o lesión del nervio espinal en la zona baja de la espalda, o dolor costal en la zona del nervio afectado, hasta en raras ocasiones un dolor en la zona lumbar. Otra de las consecuencias, como señala el doctor Villarejo son “la pérdida de la altura de los cuerpos vertebrales y de los discos de las vértebras, ocasionando una cifosis dorsal, (curvatura de la columna vertebral), o lordosis, una afección en la cual una vértebra en la columna vertebral se sale de la posición correcta sobre el hueso que está”.

De acuerdo con el doctor Villarejo, las posibles complicaciones agudas de la fractura vertebral van desde “la compresión medular, retención urinaria o íleo paralítico”. En cuanto a sus consecuencias a largo plazo, estas son el dolor crónico (en un 35% de los pacientes con fractura detectable) y, en algunos casos, un compromiso pulmonar considerable (un 9% de pérdida de capacidad vital involuntaria pronosticada con cada fractura vertebral). Otras secuelas crónicas incluyen depresión e insomnio, además de deterioro físico, funcional y psicosocial.

Cura y prevención

Para el doctor Villarejo, la osteoporosis vertebral puede prevenirse con ejercicios diarios, una dieta rica en calcio, con estudios diagnósticos (densitometría, etc.) o con distintos tratamientos, entre ellos, el uso de analgésicos, medicamentos para la osteoporosis y la inmovilización con limitación de los movimientos, para algunos grupos de pacientes. Sin embargo, aquellos pacientes con dolor resistente pueden ser tratados satisfactoriamente con técnicas mínimamente invasivas para la reducción de las fracturas vertebrales, como la vertebroplastia y la cifoplastia.

Estos procedimientos se basan en la introducción directa de cemento óseo de polimetilmetacrilato (PMMA) en la vértebra fracturada (vertebroplastia) y en la expansión, bajo presión, de un balón para restablecer la altura de la vértebra y la posterior inyección de cemento a baja presión (cifoplastia). De acuerdo con el doctor, “el mayor riesgo asociado a estas dos técnicas es la fuga del cemento inyectado y las complicaciones potenciales, que incluyen embolismos pulmonares, compresión medular y radicular”.

Aunque el PMMA es el cemento empleado en la vertebroplastia y en la cifoplastia, según el doctor Villarejo, presenta como inconvenientes su gran rigidez ya que, una vez polimerizado, ocasiona nuevas fracturas vertebrales en niveles adyacentes, y su alta temperatura de polimerización, que origina daños a los vasos sanguíneos y a estructuras neurológicas”.  Por esta razón se han realizado grandes esfuerzos en la búsqueda de nuevos cementos óseos, como la silicona VK100, que “es más flexible y no alcanza altas temperaturas durante el proceso de polimerización. Es un tipo de silicona que, al ser inyectado en las vértebras fracturadas, causa un alivio inmediato y significativo del dolor, estabilizando la vértebra fracturada sin un incremento térmico”. De hecho, “ha tenido resultados extraordinarios e inmediatos en los más de 200 casos tratados en el hospital", concluye el doctor.

 



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