Por Andrea Rivero
17 de julio de 2023En nuestro país 800.000 personas padecen alzhéimer, de acuerdo con los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), y cada año se diagnostican 40.000 nuevos casos. Se trata de una enfermedad compleja que causa una gran discapacidad a las personas que la padecen, además, para los profesionales, seguir la progresión de la enfermedad de cada paciente siempre ha sido un desafío que complicaba su tratamiento. Ahora, un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y de la Universidad de Lund, en Suecia, ha identificado un nuevo biomarcador que rastrea la progresión del alzhéimer y que ayudaría a elaborar nuevos medicamentos.
La enfermedad presenta dos fases diferenciadas de progresión: al principio, la acumulación de beta amiloide en el cerebro marca el inicio de la enfermedad antes de que aparezcan los primeros síntomas. Estos depósitos forman placas entre las neuronas que resultan tóxicas y que son responsables del progresivo deterioro cognitivo. Posteriormente, cuando los síntomas cognitivos comienzan a mostrarse, se forman ovillos neurofibrilares de la proteína tau que refuerzan el deterioro.
Los investigadores del estudio, publicado en la revista científica Nature Medicine, han identificado una forma de la proteína tau que podría utilizarse como biomarcador de la progresión del alzhéimer. Además, ayudaría a desarrollar nuevos fármacos. Al analizar a 667 personas en diversas etapas de la enfermedad, los investigadores descubrieron, en el líquido cefalorraquídeo, que los niveles de una forma específica de la proteína tau, conocida como la unión de microtúbulos MTBR-tau243, son indicadores de la cantidad de ovillos de tau dañinos que hay en el cerebro y del grado de deterioro cognitivo. De acuerdo con Randall J. Bateman, coautor del estudio, “este descubrimiento proporciona biomarcadores para rastrear específicamente la progresión de los ovillos tau, la principal patología que predice la demencia y la cognición, que es algo que no ha estado al alcance hasta ahora".
Los niveles de MTBR-tau243 en el líquido cefalorraquídeo están relacionados con los niveles de ovillos de tau en el cerebro y la función cognitiva. A medida que aumentaban los niveles de MTBR-tau243, también lo hicieron los niveles de tau en el cerebro y las puntuaciones que las personas analizadas obtenían en las pruebas cognitivas eran cada vez peores. “Para diagnosticar con precisión la enfermedad de Alzheimer en pacientes con síntomas cognitivos, necesitamos pruebas basadas en biomarcadores, tanto de las placas de beta amiloide como de la patología de los ovillos de tau”, explica Oskar Hansson, profesor de neurología y coautor principal del estudio de la Universidad de Lund. “Con este nuevo biomarcador podemos hacer esto utilizando una sola muestra de líquido cefalorraquídeo. Esto tiene el potencial de mejorar claramente el diagnóstico y el pronóstico de la enfermedad en todo el mundo. Esperamos que pronto podamos hacer lo mismo con un simple análisis de sangre”.
Los autores también remarcan que este descubrimiento es importante ya que, en las últimas etapas de la enfermedad, la eficacia de los tratamientos anti-amiloide puede debilitarse porque el amiloide ya no juega un papel importante en el progreso de la enfermedad. Sin embargo, “ahí es cuando tau se vuelve relevante. Al detener la patología tau, es posible que podamos detener un mayor deterioro cognitivo, incluida la pérdida de memoria. Al mantener a las personas en el nivel de deterioro cognitivo leve y prevenir un mayor deterioro cognitivo, podemos ayudar a las personas a mantener una buena calidad de vida. Para eso estamos trabajando”, concluyen los investigadores.