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Neumólogos, alergólogos y farmacéuticos hospitalarios se unen por una gestión más eficiente del asma grave

El comité multidisciplinar del Proyecto FARO, impulsado por AstraZeneca, ha publicado un consenso con recomendaciones para optimizar la atención y unificar la estructura de las consultas

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Neumólogos, alergólogos y farmacéuticos hospitalarios se unen por una gestión más eficiente del asma grave

Por Medicina Responsable

12 de noviembre de 2025

El comité multidisciplinar del Proyecto FARO, impulsado por AstraZeneca con el objetivo de promover la mejora en la atención al asma grave mediante la colaboración entre especialistas, ha publicado el consenso “Gestión eficiente de agendas de asma grave”.

En él, 65 especialistas de toda España (neumólogos, alergólogos y farmacéuticos hospitalarios) han validado una serie de recomendaciones destinadas a mejorar la organización asistencial del asma grave, una enfermedad que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y que supone un importante reto clínico y socioeconómico.

Según el doctor Ignacio Dávila, jefe del Servicio de Alergia del Hospital Universitario de Salamanca y presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), “estas medidas contribuirán a una mejor organización y a que las autoridades sanitarias sean más permeables a los cambios requeridos, lo que contribuirá a una mejor atención para los pacientes”.

Desde AstraZeneca, Ana Pérez, directora médica de la compañía en España, ha puesto en valor el impacto de este consenso y la importancia de la colaboración entre los agentes implicados en el abordaje del asma. “El Proyecto FARO refleja nuestro compromiso con la innovación y con el trabajo conjunto entre especialidades para mejorar el abordaje del asma grave. Este acuerdo es un ejemplo de cómo la ciencia colaborativa puede traducirse en propuestas concretas que benefician tanto a los pacientes como al sistema sanitario”.

Nuevas medidas para lograr una estructura asistencial más ágil 

El asma es una enfermedad cuyo manejo requiere un diagnóstico preciso, tratamiento adecuado y revisiones periódicas para prevenir exacerbaciones. Cuando es grave, requiere de mayor atención, que se traduce en frecuentes ingresos hospitalarios y uso intensivo de recursos sanitarios.

La creciente masificación de las consultas, consecuencia del aumento de la prevalencia y de la propia complejidad del asma, supone una sobrecarga para los profesionales y para el sistema sanitario. Además, el impacto económico asociado es considerable; se estima que esta enfermedad genera un coste anual de unos 1.500 millones de euros para el Sistema Nacional de Salud (SNS), lo que representa un 2 % del total de los recursos destinados a la sanidad pública.

Por este motivo, el consenso propone una estructura asistencial más ágil y adaptada a las necesidades reales de los pacientes, basada en consultas de 30 minutos para la primera visita (45 en el caso de los pacientes pediátricos) y 20 minutos para las revisiones, tras una evaluación previa de enfermería. Además, plantea que la frecuencia de las revisiones se adapte al grado de control de la enfermedad: los pacientes bien controlados podrían ser valorados cada 6-12 meses, mientras que los no controlados requerirían visitas cada 2-3 meses, incluyendo la posibilidad de realizar seguimiento remoto mediante telemonitorización.

Estas medidas pretenden resolver las preocupaciones de los especialistas que destacan la necesidad de una gestión eficaz de las agendas para mejorar la atención de los pacientes con asma grave. Así, el doctor Dávila añade que algunas medidas “son más sencillas de aplicar, mientras que otras dependen de los recursos de cada hospital. Entre las medidas más viables, destacan la coordinación con farmacia hospitalaria, la reducción de la presencialidad innecesaria, la creación de hospitales de día y el refuerzo de los equipos multidisciplinares”.

Además de estas acciones, el doctor subraya la necesidad de implicar a las autoridades sanitarias para mejorar la coordinación y la optimización de recursos a nivel nacional. “Es fundamental mantener y unificar las unidades de asma grave, fomentar la multidisciplinariedad, reforzar la formación continuada de los profesionales e integrar la investigación clínica y básica, creando una red de unidades que participen en ensayos y garanticen la equidad asistencial”.

El consenso también incluye una estimación del número de consultas necesarias en función del tamaño poblacional atendido. En los hospitales de menor tamaño, con una cobertura aproximada de 70.000 habitantes, se recomienda disponer de una a dos consultas semanales de asma grave. En centros con una población de referencia de 250.000 habitantes, serían necesarias unas seis consultas semanales, mientras que, en hospitales grandes, con cobertura de hasta 500.000 habitantes, se estiman unas 12 consultas específicas semanales. Estas cifras reflejan la carga asistencial que representa esta patología y la importancia de dimensionar adecuadamente los recursos para garantizar una atención de calidad.



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