Por Andrea Rivero
18 de abril de 2023En los últimos 40 años la cantidad de adultos con diabetes en el mundo ha aumentado de 108 a 537 millones de personas, de los cuáles un 90% es diabetes tipo 2. Esta incidencia, aunque sigue siendo más prevalente en los adultos de mediana edad, ha experimentado un importante aumento en la población de entre 20 y 25 años. Estas son solo algunas de las conclusiones que han obtenido investigadores de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de la Nutrición de la Universidad de Tufts, en Boston, al analizar la incidencia y las causas de esta enfermedad en 184 países. Además, han querido averiguar el motivo de este incremento y lo tienen claro: la mala calidad de la dieta.
En 2018 ya se atribuía a una mala alimentación los 14,1 millones de casos de diabetes tipo 2, algo que en estos últimos años ha seguido incrementándose. Está claro que la dieta juega un papel muy importante en el riesgo de desarrollar esta enfermedad, sin embargo, no estaba claro cómo contribuía a ello. Los investigadores del estudio, publicado en la revista científica Nature, han identificado qué factores dietéticos afectan a la hora de generar la enfermedad:
En el estudio destacan que la ingesta excesiva de seis alimentos en concreto (arroz y trigo refinados, carnes procesadas, carne roja no procesada, bebidas azucaradas, patatas y jugos de frutas) contribuyó en un 60,8% a generar una dieta de mala calidad, mientras que la ingesta insuficiente de otros alimentos protectores (cereales integrales, yogur, frutas, verduras sin almidón, frutos secos y semillas), no tenía tanto efecto.
De acuerdo con el estudio, los territorios que presentan una mayor incidencia de diabetes tipo 2 son los que se encuentran en Europa central y oriental, como Polonia y Rusia, debido a su excesivo consumo de carne roja sin procesar y procesada y patatas. Esto se debe, a sus “prácticas culinarias de carne y patatas”.
Por otro lado, América Latina y el Caribe también presentan unos índices muy elevados de esta enfermedad, especialmente Colombia y México, como consecuencia de un consumo excesivo de bebidas azucaradas, carnes procesadas y la insuficiente ingesta de cereales integrales, esta última generalizada en todas las regiones. Además, poco a poco se va sumando el aumento del consumo de dietas más procesadas en toda la región latinoamericana.