Por Julia Porras
27 de febrero de 2024La migraña es una enfermedad neurológica que, en España, afecta a cinco millones de personas. Está infradiagnosticada e infratratada, a pesar de ser la primera causa de discapacidad en menores de 50 años .Aunque los triptanes pueden funcionar bien en algunos pacientes con episodios agudos de migraña, es posible que otros no tengan una respuesta suficiente o no sean candidatos aptos para las opciones de tratamiento sintomático disponibles. Para estos pacientes ya está disponible en España lasmiditán, de Lilly, el primer y único ditán aprobado para el tratamiento sintomático de la migraña con y sin aura en adultos.
La migraña se caracteriza por episodios recurrentes de dolor de cabeza de intensidad moderada o severa y puede durar entre cuatro y 72 horas sin tratamiento. Además, en los pacientes que padecen migraña con aura, el dolor se acompaña de síntomas que suelen ser visuales o sensitivos y que pueden durar entorno a una hora.
Los triptanes son fármacos agonistas de la hidroxitriptamina o serotonina y se encuadran dentro del tratamiento sintomático o abortivo de la migraña, mientras que los ditantes actúan directamente cuando el paciente sufre un ataque de migraña y no tienen efectos vasoconstrictores, con lo que pueden tomarlos pacientes con problemas cardiovasculares.
En palabras del doctor Pablo Irimia, consultor del Departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra, “la persona con migraña necesita encontrar un fármaco que controle las crisis de dolor, y lasmiditán es una alternativa terapéutica a los triptanes y antiinflamatorios. Sin embargo, cuando las crisis de migraña son frecuentes es necesario complementar el tratamiento con una terapia preventiva. El objetivo del tratamiento preventivo es reducir la frecuencia e intensidad de las crisis de dolor y mejorar la calidad de vida del paciente. Lamentablemente, solo el 37% de los pacientes que necesitan un tratamiento preventivo lo están recibiendo en la actualidad”.
Lasmiditán se ha estudiado en estudios de fase III, aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo, en los que se evaluó como tratamiento agudo de la migraña en dos estudios en los que se evaluó un único ataque de migraña (estudios SAMURAI y SPARTAN) y un estudio para evaluar la eficacia durante el primer ataque y la uniformidad de la respuesta durante el tratamiento de cuatro ataques (estudio CENTURION).
Un análisis combinado de los estudios SAMURAI y SAPARTAN mostró que los pacientes tratados con lasmiditán experimentaron antes la ausencia y el alivio del dolor en comparación con los tratados con placebo. Algunas medidas demostraron mejoría apenas 30 minutos después del tratamiento con 100mg o 200mg de este tratamiento: alivio del dolor y de los síntomas más molestos (SMM) como fotofobia, fonofobia, etc., y discapacidad funcional relacionada con la migraña. Además, demostró eliminar de forma rápida y completa los SMM a las 2 horas con una sola dosis y su eficacia es independientemente de la respuesta previa a los triptanes. Por último, en el estudio CENTURION, mostró consistencia de la respuesta en múltiples episodios de migraña.
Según el doctor Irimia, “el abordaje integral de la migraña es clave. Se necesitan fármacos como lasmiditán para controlar las crisis de dolor, y en los pacientes en los que la migraña es frecuente debería prescribirse, además, un tratamiento preventivo. Lasmiditán actúa sobre los receptores de serotonina, los llamados 5-HT1 y no tiene efectos vasoconstrictores a diferencia de los tratamientos tradiciones como los triptanes. Esto supone una ventaja porque se puede utilizar en aquellos pacientes con factores de riesgo vascular y algunas enfermedades cardiovasculares en las que el uso de triptanes está contraindicado”.
El 80% de los pacientes de migraña en España son mujeres, la patología afecta tres veces más a las mujeres que a los hombres. De hecho, el perfil más común del paciente con migraña en España es el de una mujer de mediana edad, con migraña episódica y en situación de desarrollo familiar. Además, tiene un alto impacto y carga en la calidad de vida del paciente, a nivel laboral, familiar y social tanto durante las crisis como en los periodos entre crisis.