Por Juan García
26 de marzo de 2024Según el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en los dos primeros meses de 2024 se han registrado casi el doble de casos de tosferina que los detectados en todo 2023. Este incremento de casos ha dejado ya un primer fallecido. Un bebé de un mes sin factores de riesgo, pero cuya madre no se había vacunado, ha fallecido a causa de esta enfermedad que acumula 4.000 casos desde comienzos de año.
La bacteria Bordetella pertussis es la responsable de la tosferina, una infección respiratoria altamente contagiosa que es especialmente peligrosa para lactantes. Esta enfermedad se manifiesta en ondas epidémicas que suelen aparecer cada cinco o seis años y que en nuestro país lleva en tendencia ascendente desde el verano pasado.
En situaciones de "alta circulación" como la actual, "la mayor prioridad en salud pública es la prevención de las hospitalizaciones y muertes en los niños menores de un año", según el ISCIII. Por ello, la recomendación “clave” que trasladan desde el informe es “dirigir los esfuerzos a vigilar las coberturas de vacunación de las gestantes y en los niños de primer año de vida” ya que “el beneficio de la profilaxis antibiótica en el manejo de los casos y brotes puede ser limitada”.
En adolescentes y adultos, la enfermedad puede ser leve, mientras que, en los menores de seis meses, sobre todo en los menores de tres que aún no han recibido dos dosis de primovacunación, la tosferina presenta riesgo de complicaciones y mortalidad.
Los expertos coinciden en la importancia de la vacunación con la pauta completa, acorde al calendario de cada comunidad autónoma. Además de los lactantes no vacunados, las personas inmunodeprimidas y las embarazadas son dos grandes colectivos de riesgo frente a esta enfermedad. El actual calendario vacunal recomienda cuatro dosis de vacuna frente a la tosferina: primovacunación a los dos y cuatro meses de vida y dos dosis de recuerdo a los 11 meses y a los seis años. En 2016, se introdujo la vacunación de las embarazadas a partir de la semana 27 con la vacuna triple bacteriana acelular (dTpa).
Brotes como este, según explica el doctor de Medicina Interna en el Hospital Quirón San José, Miguel Bufalá, se han producido también en los últimos años en otros países europeos. “Esto fue lo que llevó a vacunar también a las embarazadas frente a esta enfermedad”, señala.
Detrás de la aparición de estos brotes hay tres explicaciones principales para el doctor Bufalá. La principal apunta a posibles contagios por parte de “pacientes ya vacunados con una sintomatología muy leve”, cuya escasa carga habría sido suficiente para la propagación en centros sanitarios. “El aumento progresivo del número de vacunados y la mejora en los sistemas de detección podrían explicar este tipo de contagios”. Otra posible explicación que baraja es que “se hubiera reducido mínimamente” el nivel de inmunización que aportan los nuevos tipos de vacuna, frente a los vigentes años atrás. Por otro lado, señala el aumento de la eficacia de los métodos de diagnóstico actuales, que podrían llevar a detectar casos que anteriormente no habrían sido diagnosticados.
A este respecto, el doctor Gargantilla, añade que una baja cobertura vacunal podría estar detrás de los casos de tosferina, “aunque es necesario conocer los datos para poder afirmarlo”, matiza.
Este repunte de los casos ha coincidido con la publicación de nuevos hallazgos sobre la aparición de la tosferina. Investigadores de la Universidad de Georgia (EE.UU.) han identificado una nueva biomolécula de carbohidratos complejos, o glicano, que desempeña un papel clave en la colonización nasal de la bacteria 'Bordetella', responsable de la tosferina. El descubrimiento podría hacer posible crear un nuevo fármaco o vacuna que interfiera con el glicano para reducir en gran medida o incluso detener la transmisión de 'Bordetella'. "Nuestro glicano recién descubierto es crucial para que las bacterias mantengan su capacidad de colonizar eficientemente la nariz y transmitirse a un nuevo huésped”, afirma el director del estudio, el profesor de bioquímica y biología molecular, Yang Su. “Al comprender la función bioquímica y molecular de los genes y enzimas implicados en su formación, ahora podemos intervenir en la producción de este glicano", concluye el profesor Su.
Estos prometedores hallazgos pueden suponer importantes avances, pero, mientras llegan, la clave sigue residiendo en la vacunación para proteger a los más vulnerables frente a esta enfermedad.