El brote de tosferina de Guadalajara afecta ya a 124 personas, la mayoría menores

La Dirección General de Salud Pública de Castilla-La Mancha ha notificado un brote de tosferina con 124 personas contagiadas en Guadalajara. Estos casos se habrían dado principalmente en el ámbito escolar, dado que únicamente seis de ellos han sido detectados en adultos. La mayoría de los contagios se han dado entre niños de 5 a 13 años, un colectivo frente al que la vacunación resulta clave para la prevención de esta enfermedad.

El gobierno manchego también informó de que habría dos casos en colegios de la Comunidad de Madrid, aunque desde la Consejería de Sanidad de esta comunidad niegan a Medicina Responsable que tengan casos en centro escolares y aseguran que únicamente han encontrado un caso de un niño “en seno familiar” en Alcalá de Henares. 

Entre las medidas que han tomado las autoridades sanitarias de Castilla-La Mancha para hacer frente a este brote, se han realizado estudios de contacto a familiares y alumnos de los contagiados y han recomendado la quimioprofilaxis (utilización de sustancias químicas para prevenir la aparición de una enfermedad). También han remitido una nota informativa a los padres, los centros educativos y los centros donde realizan actividades extraescolares.

La tosferina es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria muy contagiosa por vía respiratoria, la Bordetella pertussis, que supone un grave riesgo para la vida de los lactantes si no están vacunados. El director médico de Medicina Responsable, el doctor Pedro Gargantilla señala que puede derivar en “complicaciones con neumonía, deshidratación, convulsiones o trastornos cognitivos”.

Posible origen del brote

La tosferina es una enfermedad que, pese a ciertas creencias, no está erradicada. Viene recogida en el calendario vacunal, al que cada comunidad aplica su propio protocolo en número de dosis y edad de vacunación para implantarla. Además de los lactantes no vacunados, las personas inmunodeprimidas y las embarazadas son dos grandes colectivos de riesgo frente a esta enfermedad.

Brotes como este, según explica el doctor de Medicina Interna en el Hospital Quirón San José, Miguel Bufalá, se han producido también en los últimos años en otros países europeos. “Esto fue lo que llevó a vacunar también a las embarazadas frente a esta enfermedad”, señala.

Son varias las hipótesis sobre el origen de este brote, como explica el doctor Bufalá. La principal apunta a a posibles contagios por parte de “pacientes ya vacunados con una sintomatología muy leve”, cuya escasa carga habría sido suficiente para la propagación en centros sanitarios. “El aumento progresivo del número de vacunados y la mejora en los sistemas de detección podrían explicar este tipo de contagios”. Otra posible explicación que baraja es que “se hubiera reducido mínimamente” el nivel de inmunización que aportan los nuevos tipos de vacuna, frente a los vigentes años atrás.  Por otro lado, señala el aumento de la eficacia de los métodos de diagnóstico actuales, que podrían llevar a detectar casos que anteriormente no habrían sido diagnosticados.  

A este respecto, el doctor Gargantilla, añade que una baja cobertura vacunal podría estar detrás de los casos de tosferina, “aunque es necesario conocer los datos para poder afirmarlo”, matiza. 

Síntomas

Los síntomas se desarrollan en dos fases. La primera, que suele durar una o dos semanas, puede confundirse fácilmente con un catarro u otras infecciones respiratorias, ya que causa congestión nasal, fiebre baja y tos leve ocasional.

A partir de la segunda semana, es cuando pueden aparecer los síntomas más graves, especialmente ataques de tos rápidos, violentos e incontrolables.

La recomendación fundamental que trasladan desde la Consejería de Sanidad es la vacunación con la pauta completa para prevenir estos casos. 

 

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