Por Aurora Molina
25 de marzo de 2024El Hospital Gregorio Marañón (Madrid) ha aplicado por primera vez un tratamiento contra la fibrilación auricular persistente (ritmos acelerados e irregulares del corazón, conocidos como arritmias). La terapia es la electroporación y consiste en la destrucción de células con catéter (ablación) a través del uso de pulsos de corriente eléctrica de alto voltaje y corta duración (menos de un milisegundo).
Esta técnica permite una gran precisión a la hora de eliminar los circuitos cardiacos que son los responsables de las arritmias, sin dañar los tejidos adyacentes sanos. La terapia también ofrece versatilidad y ofrece a los especialistas la oportunidad de personalizar la intervención teniendo en cuenta las necesidades del paciente durante el procedimiento, utilizando distintas fuentes de energía y capacidades de mapeo.
La gran eficiencia y seguridad de este nuevo tratamiento va a permitir, a su vez, hacer frente a las recurrencias de la arritmia persistente con una mayor eficacia, sin necesidad de recurrir a procedimientos quirúrgicos. Esto hace posible que se reduzcan las complicaciones para el paciente, los tiempos de procedimiento y las repeticiones de estudio.
Por el momento se han realizado únicamente cuatro tratamientos (dos mujeres y dos hombres) con fibrilación auricular muy sintomática de larga duración y todos han resultado exitosos.
Más de 60 millones de personas en todo el mundo padecen de fibrilación auricular, la más frecuente en nuestro país. Se trata de una afección en el corazón que provoca latidos irregulares y rápidos, lo cual produce síntomas como palpitaciones, fatiga y dificultad para respirar.
Esta patología está asociada a una mayor tasa de eventos cardiovasculares como la insuficiencia cardiaca, fenómenos trombo-embólicos, deterioro cognitivo e incluso demencia. Todo ello hace que la persona tenga una peor calidad de vida y una mayor probabilidad de muerte. De hecho, los pacientes que padecen esta enfermedad tienen cinco veces más probabilidades de formar coágulos de sangre y sufrir un ictus.
Por ello, el nuevo avance en el tratamiento de esta patología supone un seguro de prevención y vida para los pacientes