
Por Medicina Responsable
13 de noviembre de 2025La tasa de niños y adolescentes que padecen hipertensión arterial en todo el mundo casi se duplicó entre 2000 y 2020, según un nuevo metaanálisis del Centro de Investigación en Salud Global del Instituto Usher de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), publicado en la revista The Lancet Child & Adolescent Health.
En el año 2000, aproximadamente el 3,2% de los niños padecían hipertensión, pero para 2020, la prevalencia había aumentado a más del 6,2% en niños y adolescentes menores de 19 años, afectando a 114 millones de jóvenes en todo el mundo. El estudio sugiere que la obesidad es un factor determinante del aumento de la hipertensión infantil, ya que casi el 19% de los niños y adolescentes con obesidad padecen hipertensión, en comparación con menos del 3% en niños y adolescentes con un peso saludable. "El aumento de casi el doble en la hipertensión infantil en los últimos 20 años debería alertar a los profesionales sanitarios y a los cuidadores", comenta el autor del estudio, el profesor Igor Rudan, director del Centro de Investigación en Salud Global del Instituto Usher de la Universidad de Edimburgo. "Pero la buena noticia es que podemos tomar medidas ahora, como mejorar las pruebas de detección y la prevención para ayudar a controlar la hipertensión en los niños y reducir el riesgo de complicaciones de salud adicionales en el futuro".
Basándose en un metaanálisis de datos de 96 estudios extensos con más de 443.000 niños en 21 países, los investigadores hallaron que la forma de medir la presión arterial en niños y adolescentes puede afectar las estimaciones de prevalencia. Cuando un profesional sanitario confirma la hipertensión en al menos tres consultas presenciales, la prevalencia se estimó en aproximadamente un 4,3%.
Sin embargo, al incluir también evaluaciones fuera de la consulta, como la monitorización ambulatoria o domiciliaria de la presión arterial, la prevalencia de hipertensión sostenida aumentó a cerca del 6,7%. La investigación destacó que afecciones como la hipertensión enmascarada -en la que la hipertensión no se detecta durante los controles rutinarios- afectan a casi el 9,2% de los niños y adolescentes a nivel mundial, lo que indica un posible infradiagnóstico.
Asimismo, la prevalencia de la hipertensión de bata blanca (una afección en la que la presión arterial de una persona solo está elevada en un entorno médico, como la consulta del médico, pero es normal en casa o al medirla con un tensiómetro doméstico) se estimó en un 5,2%, lo que sugiere que una proporción considerable de niños podría estar mal diagnosticada. "La hipertensión infantil es más común de lo que se pensaba, y basarse únicamente en las mediciones tradicionales de la presión arterial en la consulta probablemente subestima la prevalencia real o conduce a un diagnóstico erróneo de hipertensión en niños y adolescentes", expone la doctora Peige Song, autora del estudio y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang (China).
"La detección temprana y un mejor acceso a las opciones de prevención y tratamiento son más importantes que nunca para identificar a los niños que padecen hipertensión o que están en riesgo de desarrollarla. Abordar la hipertensión infantil ahora es vital para prevenir futuras complicaciones de salud durante la transición a la edad adulta", añade.
El análisis sugiere que los niños y adolescentes con obesidad tienen un riesgo casi ocho veces mayor de desarrollar hipertensión arterial; aproximadamente el 19% de los niños con obesidad la padecen, en comparación con el 2,4% de los niños y adolescentes con un peso saludable. Esto se debe a que la obesidad puede causar otros problemas de salud, como resistencia a la insulina y alteraciones en los vasos sanguíneos, lo que dificulta mantener la presión arterial dentro de un rango saludable.
El estudio también sugiere que un 8,2% adicional de niños y adolescentes presenta prehipertensión, lo que significa que sus niveles de presión arterial son más altos de lo normal, pero aún no cumplen con los criterios para el diagnóstico de hipertensión. Ésta es especialmente frecuente durante la adolescencia, con tasas que alcanzan alrededor del 11,8 % entre los adolescentes, en comparación con aproximadamente el 7% en niños más pequeños.
Los niveles de presión arterial también tienden a aumentar bruscamente al inicio de la adolescencia, alcanzando su punto máximo alrededor de los 14 años, especialmente entre los varones. Este patrón subraya la importancia de realizar controles regulares de la presión arterial durante estos años cruciales. Los niños y adolescentes con prehipertensión tienen mayor probabilidad de desarrollar hipertensión.
Los autores reconocen algunas limitaciones del estudio, como la variabilidad de los datos debido a diferencias en los métodos de medición, los diseños de estudio y las prácticas sanitarias regionales. Muchos de los artículos incluidos procedían de países de ingresos bajos y medios, lo que puede influir en la aplicabilidad global de las estimaciones. Además, algunos fenotipos específicos de hipertensión y las evaluaciones fuera de la consulta presentaban datos limitados. Por último, barreras prácticas como la falta de acceso a herramientas avanzadas de monitorización de la presión arterial en algunas zonas podrían dificultar la adopción generalizada de los procedimientos diagnósticos recomendados.