Dermatitis atópica: un picor “paralizante” que va más allá de la piel y sigue siendo menospreciado

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel que provoca una irritación cutánea con importantes implicaciones para la vida de los pacientes que la sufren. La necesidad de rascarse y el enrojecimiento de la piel son las manifestaciones más evidentes, pero los estragos de esta patología van más allá, desencadenando trastornos del sueño, falta de productividad y problemas psicológicos como ansiedad o depresión.  

Con el fin de ilustrar este “ardor” de la piel y concienciar sobre la carga física y mental de esta enfermedad, Pfizer ha impulsado una exposición en la plaza de Callao de Madrid, que combina pintura y poesía para reflejar la afectación de los pacientes y la frustración que les genera a ellos y a su entorno. Bajo el título “Pieles perfectamente imperfectas. Historias Atópicas”, el artista Álex de Marcos ha creado seis retratos de pacientes reales, que el escritor Defreds ha acompañado de breves textos líricos para ilustrar la realidad de cada paciente más allá de la piel.  

El doctor Pablo de la Cueva, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Gregorio Marañón, explica que esta inflamación de la piel que produce una “necesidad imperiosa de rascarse”, aparece con frecuencia en zonas como las manos, los pliegues de la piel, el cuello o los labios, aunque en casos más graves puede extenderse por todo el cuerpo. Estos casos más agresivos son, sin embargo, “los más desconocidos” para la población general e incluso los profesionales sanitarios, lamenta África Luca de Tena, portavoz de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA). Como paciente que lo sufre en sus propias carnes, destaca el “infierno” que supone convivir con ella: “Cuando sufrimos un brote es continuo. Notas la sequedad de la piel y esa incomodidad. No es un picor que se alivie rascando un poco, te paraliza por completo y no puedes concentrarte en otra cosa”. Por ello, resalta lo “agotador” que resulta padecerla.  

“El círculo vicioso” del rascado 

El dermatólogo aclara que la dermatitis atópica se origina por un defecto en la capa más superficial de la dermis que lleva a una mayor evaporación de agua y, en consecuencia, una sequedad de la piel por la acumulación de células inflamatorias. Esto hace la barrera cutánea más vulnerable a la polución, los agentes alérgenos e irritantes. La intensa picazón que se produce como consecuencia hace que los pacientes vivan “totalmente alterados”, y conduce al “círculo vicioso” del rascado, que agrava la irritación.

A pesar del gran avance que han supuesto las nuevas terapias, el doctor constata que sigue habiendo pacientes “fuera del sistema” y con importantes retrasos diagnósticos. La banalización de esta patología y la proliferación de falsas creencias y remedios para aliviar la picazón hacen que muchos no sean conscientes de las alternativas terapéuticas que existen. 
Además, el doctor de la Cueva apunta las “lagunas” que siguen existiendo en su abordaje por las necesidades psicológicas no cubiertas. Además, la dermatitis comparte una vía inmunológica que se relaciona con el asma, la rinitis y la conjuntivitis.  

Esta enfermedad afecta a 1,5 millones de adultos, de los cuales el 90% alega sufrir trastornos del sueño, lo que a su vez les genera importantes repercusiones en su vida social y laboral. Aunque es complicado establecer un umbral para diferenciar entre los casos moderados y los más graves, las estimaciones apuntan que unas 30.000 personas en España sufren las formas más agresivas.

Para ellos, Luca de Tena resalta la necesidad de dar a conocer “el impacto y las necesidades que genera, no solo a nivel terapéutico sino también cotidiano”.  En palabras de José Chaves, director Médico de Pfizer España: “En Pfizer somos conscientes de que las enfermedades como la dermatitis atópica van mucho más allá de la piel, y es clave visibilizar el impacto real que tiene esta enfermedad en la vida de los pacientes. Por eso, iniciativas como esta exposición son cruciales para acercar la realidad de esta enfermedad a la sociedad en general”. 
 

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