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Día Nacional de la Dermatitis Atópica

Cómo ponerse en la piel de Marta, con dermatitis atópica, a través de una réplica hiperrealista: “Siento que vivo en una burbuja”

Desde que su patología empeoró hace un par de años, la vida de esta paciente ha cambiado por completo. Ahora visibiliza la complejidad de la afección con una reproducción de su propia piel

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Cómo ponerse en la piel de Marta, con dermatitis atópica, a través de una réplica hiperrealista: “Siento que vivo en una burbuja”

Por Clara Arrabal

27 de noviembre de 2025

La vida de Marta Gutiérrez cambió drásticamente hace un par de años, cuando la dermatitis atópica pasó de manifestarse a través de un par de eccemas esparcidos por su piel, a condenarla a vivir “prácticamente en una burbuja”, como ella misma afirma. De un día para otro, ya no podía “ser una mochilera aventurera”, ni viajar a los destinos que siempre había soñado, ni siquiera darse un capricho en algún restaurante junto a su pareja.

Desde que la dermatitis atópica entró en su vida, para abarcarlo prácticamente todo, Marta tiene que preguntar en cada hotel en el que se aloja con qué suavizante lavan las sábanas, y si estas son de algodón o de lino. Su alimentación también ha cambiado por completo, siendo prácticamente esclava de su patología, que le dicta qué alimentos perjudican a su piel. “Y qué decir del frío...”, comenta la joven. La temperatura, para ella, es uno de sus mayores quebraderos de cabeza. La bajada de los termómetros afecta de manera directa a su piel, por lo que esta empeora de un segundo a otro.

Pero Marta no se resigna a amoldarse a su nueva vida. Ella va más allá. Quiere que otras personas que sufren dermatitis atópica se sientan identificadas y compartan sus experiencias, se consuelen, escuchen y entiendan. “La mejor de las terapias es una charla con otro paciente. Porque solo nosotros entendemos que esto no es un simple picor o la piel reseca”, le apoya, dándole su mano también estampada con las marcas típicas de esta patología, África Luca de Tena, presidenta de la Asociación de Afectados por Dermatitis Atópica (AADA).

Vivir a flor de piel

Marta siempre tuvo la piel muy delicada, sensible, y desde pequeña recuerda cómo tenía que cuidársela más que sus amigos. Sin embargo, en 2022 la dermatitis atópica se hizo protagonista de su vida, obligándola a cambiar prácticamente todas sus rutinas y hábitos: la forma de vestir, alimentación, relaciones sociales, capacidades para trabajar... Todo se convirtió en un infierno, que poco a poco se ha ido disfrazando de normalidad gracias a su resiliencia.

“Trabajaba en la administración pública y para mí era imposible estar ocho horas sentada. Todo me picaba. Y si subía o bajaba la temperatura mis dolores se triplicaban, pero los compañeros no entendían que no podía trabajar con el aire acondicionado”, explica Marta a Medicina Responsable. ¿Y sus relaciones personales? Más de lo mismo: todo complicaciones, aunque reconoce que su círculo de amigos y su pareja, a la que está profundamente agradecida, siempre la han apoyado y acompañado en todo. “Al final les haces amoldarse a tus necesidades, y sufres porque ves cómo ellos se preocupan por ti, pero soy muy afortunada por la gente que tengo alrededor”, argumenta, emocionada. “Mi pareja, por ejemplo, no se extraña cuando a mitad de la noche le pido algunos cojines para amortiguar el contacto de mi piel, ni cuando tenemos que irnos de algún lugar porque empeoro por el ambiente”, añade.

La réplica hiperrealista

Ahora, gracias a todo ese apoyo con el que cuenta en su día a día, y por su carácter atrevido y proactivo, se ha lanzado a ser la imagen de la campaña “Ójala pudiera” en el Día Nacional de la Dermatitis Atópica (DA), que ha promovido la Asociación de Afectados por Dermatitis Atópica (AADA) junto con AbbVie y el apoyo de la Fundación Pielsana de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Esta iniciativa, que nace con el objetivo de dar visibilidad al sufrimiento invisible de pacientes como Marta, ha creado tres obras hiperrealistas que reproducen fielmente la piel de estas personas. Una de ellas, la de Marta.

“Ha sido increíble formar parte del proceso. Esta es la segunda campaña en la que participo y me siento genial por hacerlo, es una forma más de darle significado a mi enfermedad y de hacerlo, además, de una manera muy potente visualmente”, comenta. Para ello, una artista venezolana ha recreado su piel a tamaño real y con un nivel de detalle prácticamente absoluto. “Me pusieron una especie de masa verde por la espalda. Fue muy divertido e impactante sentir el producto viscoso sobre la piel, y que luego este se transformara en lo que estamos viendo ahora”, ha explicado.

Además, ha querido mandar un mensaje a la sociedad: "No se puede juzgar una piel, un reascado o un aspecto físico. Sé que es muy difícil ponerse en los zapatos de una persona con dermatitis atópica, pero señalar por desconocimiento a quien la padece no es la solución. Hay que acompañar, entender sin interrumpir y no señalar".



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