Por Andrea Martín
11 de septiembre de 2024Una de las consecuencias más preocupantes en los pacientes que se deben someter a una cirugía de próstata es el impacto en la función eréctil o la continencia urinaria. Por ello, para reducir significativamente el riesgo de afectar ambas áreas, el servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón realiza una prostatectomía radical preservando el espacio de Retzius.
El espacio de Retzius es la zona anatómica situada entre el pubis y la vejiga, que está en contacto con la cara anterior de la vejiga, la próstata y las estructuras musculares y nerviosas involucradas en la continencia urinaria y en la función sexual. Este espacio es el acceso más directo para realizar la prostatectomía radical, por lo que requiere un abordaje lo más preciso posible para mitigar estos efectos secundarios en pacientes con cáncer de próstata.
La intervención consiste en extirpar la próstata respetando al máximo las estructuras circundantes. Según el doctor Juan Leal, urólogo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, "el abordaje con preservación del espacio de Retzius permite mantener intactas las estructuras laterales, anteriores y posteriores que rodean la próstata, a diferencia del enfoque clásico, que solo preserva las bandeletas neurovasculares a ambos lados de la próstata".
Este tipo de cirugía requiere un equipo altamente capacitado en técnicas mínimamente invasivas, y los urólogos del hospital cuentan con amplia experiencia en este campo. Además, la tecnología del robot Da Vinci ha mejorado significativamente este procedimiento, facilitando movimientos complejos y la reconstrucción anatómica. "La preservación de Retzius es claramente más sencilla con el apoyo del robot, tanto en la extirpación de la próstata como en la reconstrucción y anastomosis posterior, convirtiéndolo en un procedimiento más accesible para cirujanos expertos", añade el doctor Francisco Rivera, urólogo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón.
Esta cirugía enfrenta dos grandes desafíos a la hora de realizarla. El primero es el tamaño limitado del campo quirúrgico que dificulta la extirpación de la próstata y el segundo es la complicada reconstrucción de la uretra y el cuello vesical ya que se debe realizar una sutura en una posición no natural para el cirujano dentro de una cavidad de escasos centímetros. No obstante, la precisión y versatilidad que ofrece el abordaje robótico le resta dificultad a la cirugía y proporciona un beneficio adicional para el paciente.
Para el doctor Juan Leal "realizar este abordaje con seguridad representa un avance en la atención al paciente, ya que mejora los resultados funcionales de la cirugía de cáncer de próstata y reduce el riesgo de secuelas que pueden afectar la calidad de vida".