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La angustia de vivir con disfagia: el miedo de atragantarse

La disfagia es una enfermedad que dificulta la deglución de los alimentos y que afecta a más de 2,5 millones de personas en España

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La angustia de vivir con disfagia: el miedo de atragantarse
@freepik

Por Aurora Molina

16 de enero de 2024

“Todo comenzó con un ictus. Recuerdo las tres primeras semanas de forma muy dramática, lo peor era no saber qué iba a ser de mi”. Este es el testimonio de José Luis, de 58 años. Como él, más de dos millones de personas en España padecen disfagia y aproximadamente el 90% de la población que sufre este trastorno no está diagnosticada ni correctamente tratada, según un informe de la Fundación de Ciencias del Medicamento y Productos Sanitarios (Fundamed). 

La disfagia es una patología que dificulta la deglución de los alimentos en todos sus estados, tanto sólidos como líquidos y triturados. “Después de sufrir el ictus me detectaron una disfagia severa, por lo que no podía tragar ni mi propia saliva”, explica José Luis. “Cuando salí del hospital me alimentaba mediante sonda nasogástrica, tenía un importante problema de deglución”. Según el doctor Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable, “una de las complicaciones más frecuentes que sufren los pacientes con ictus es la dificultad para tragar durante los primeros días de la enfermedad”. Esta complicación, añade, “ensombrece la calidad de vida de los pacientes y puede colocarles en la antesala de la muerte, ya que la disfagia predispone a sufrir neumonía por aspiración, malnutrición o deshidratación por una reducción en la ingesta de alimentos y líquidos”. 

En el caso de José Luis, las primeras tres semanas después de que le detectasen la enfermedad fueron las peores. “Esas semanas en las que no te alimentas, en las que no comes, que únicamente ingieres mediante sonda nasogástrica y no sabes qué hacer, fueron muy dramáticas”. Para él fue muy duro, ya que “los primeros momentos significaron un cambio total” en su día a día. “La comida es mucho más que alimentarte. No puedes hacer vida social en la comida y como yo soy alguien a quien le gusta mucho comer, renunciar a los sabores fue muy duro”, añade. 

Gracias al trabajo conjunto de otorrinolaringólogos y logopedas, la dificultad para tragar de José Luis ha disminuido considerablemente desde el año pasado. Tanto es así que su recuperación “ha sido prácticamente total” y solo debe “tener precaución a la hora de ingerir alimentos duros y secos”, ya que aún lidia “con una leve disfagia”.

Cómo tratar los síntomas de la disfagia 

“El abordaje de la disfagia va a depender de la edad de la persona, de la patología base y de las dificultades que presente”, explica Estefanía Rodríguez, logopeda en Centro Creciendo, Madrid.  Además, es “importante que el profesional que atienda a la persona esté especializado”. Hay herramientas para trabajar las dificultades que genera la disfagia como “la modificación de la dieta para ajustarla a las necesidades de la persona usando espesante para líquidos”. Sin embargo, Rodríguez asegura que otras técnicas como “el trabajo motor y sensorial, los cambios posturales y las compensaciones” son también muy válidas para abordar estas complicaciones. Aunque resalta que en este tipo de tratamiento “es necesario el trabajo en equipo junto con otros profesionales para atender al paciente desde la globalidad”, ya que “el trabajo especializado permitirá mejorar las dificultades del paciente y en muchos casos revertir la situación”. 

En orden de prioridad, la logopeda Rodríguez establece una serie de pasos a la hora de tratar a los enfermos de disfagia. En primer lugar, asegura que uno de los principales aspectos en los que hay que centrarse es en la seguridad. “La alimentación debe ser segura, hay que evitar que se produzcan falsas vías y aspiraciones que pongan en riesgo a la persona”. Para ello, explica, pondrá el foco en “las dificultades que presenta” a través de: 

  • Trabajar la musculatura que pueda estar dañada.
  • Cambiar la forma en la que come el paciente.
  • Atender a la forma en la que recoge e introduce el alimento en la boca.
  • Adaptar los utensilios que utiliza como el biberón, la cuchara o el vaso.
  • Cambiar la postura a la hora de comer.
  • Modificar la presentación de los alimentos.  

Diferencias entre niños y adultos 

La disfagia es una enfermedad que afecta a personas de todas las edades, aunque no tiene las mismas consecuencias en niños que en adultos. La logopeda Rodríguez asegura que “las patologías que pueden dar lugar a una disfagia en niños y en adultos son distintas. Hay niños prematuros con síndromes, parálisis cerebral, etc.; y adultos con daños cerebrales adquiridos, cáncer de cabeza y cuello, enfermedades neurodegenerativas…”

Para detectar la enfermedad a tiempo y ofrecer una atención temprana “es necesario conocer las particularidades de la población con la que se trabaja, además de la edad y momento de desarrollo”, concluye Rodríguez.  



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