Por Medicina Responsable
4 de febrero de 2025No hace demasiados años, el diagnóstico de un cáncer venía a suponer una especie de sentencia de muerte. Las investigaciones permanentes, la colaboración de la empresa pública y las universidades, y el ánimo y dedicación de tantos médicos, dispuestos a presentar batalla, han logrado que el cáncer no sea invencible. Es cierto que las victorias se ensombrecen con la aparición de nuevos tipos de tumores -lo que quiere decir que el enemigo también evoluciona- pero los combates ganados son tantos que nos animan a mostrarnos optimistas.
Tenemos claro que el cáncer no va a ser derrotado, ni va a desaparecer, pero aquél diagnóstico, que se recibía en el marco de la fatalidad, hoy es el principio de una batalla de la que se puede salir victorioso. Y, allí, también tiene un papel muy importante el enfermo. Está demostrado que los enfermos combativos, los que no caen en el desaliento, tienen más posibilidades de evitar la derrota. Con un abrazo a familiares y pacientes, que es algo así como enviar un abrazo a media Humanidad. Y la satisfacción de los avances.