Por Medicina Responsable
12 de abril de 2024La fragmentación de la sociedad, la movilidad del empleo, tanto de pacientes como de médicos, el nomadismo que alcanza niveles internacionales, han configurado una sociedad en la que lo estable es la novedad. Cuando eso sucede con el director de la sucursal bancaria, no tiene demasiada importancia. Cuando sucede con el médico de atención primaria, se desencadena un pequeño drama de inseguridades, porque quién te conocía ya no está. ¡Ojo! Nadie se opone a la promoción y a la libertad del médico, ni tampoco a la del paciente, pero el sedentarismo de antaño creaba vínculos de conocimiento que van desflecándose.
Mimar a los médicos de Atención Primaria -en sus condiciones de trabajo, en sus horarios y en sus necesidades- es mimar a la salud de toda una sociedad. Porque si es verdad que la Medicina es la más humana de las Ciencias, y la más científica de las Humanidades, el médico de Atención Primaria encarna esa síntesis, porque es quien mejor sabe que el enfermo no es el propietario de una víscera en mal estado o de un miembro dolorido, sino, fundamentalmente, una persona y, accidentalmente, un enfermo. Y lo que rodea a esa persona sólo la puede valorar -si la conoce- el médico de atención primaria. ¿Primaria? Mucho más que eso: fundamental.