Por Medicina Responsable
29 de abril de 2025En general, la sociedad española reaccionó con solidaridad, sensatez y paciencia y, en particular, una vez más, se observó -tanto en los grandes complejos hospitalarios como en los centros de salud- la profesionalidad de todos, desde el gerente al más modesto subalterno, desde el cirujano de renombre al MIR en prácticas, la seriedad y solvencia de los ángeles de la guarda de nuestra salud. Asimismo, fue raro el nerviosismo en enfermos y familiares, lo que una incidencia tan grave y problemática nos puede servir para constatar que, en las situaciones difíciles, aparece lo mejor de nosotros mismos.
Esas serían las luces del apagón. Las sombras son la falta de explicaciones, incluso el desprecio a los administrados, tanto por parte del presidente del Gobierno, como de las empresas implicadas. La presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, no apareció para decir algo. Y la presidenta gana cada día -y hay 365 días al año- un sueldo diario superior al que le pagan a un MIR por haber trabajado durante todo un mes. Eso se puede llamar irresponsabilidad o cobardía, pero es intolerable para cualquier sociedad medianamente sensible.