Por Julia Porras
15 de julio de 2022La séptima ola de la Covid ha traído consigo muchos positivos y nuevos síntomas para los contagiados. A los que ya conocíamos, como fatiga, disnea y tos persistente, que sobre todo provocaba la variante ómicron, hay que añadir ahora los síntomas que provocan las subvariantes BA.4 y BA.5. Estos son fiebre por encima de 38º, dolor de garganta y oídos y pérdida del olfato y gusto.
El doctor Antonio Valdivia, jefe de Medicina Preventiva del grupo sanitario Ribera y del Hospital de Denia, asegura que “en general los síntomas son similares a los de muchos cuadros gripales, aunque en las últimas semanas estamos volviendo a ver aproximadamente un 10% de pacientes que pierden el olfato y el gusto, con tendencia a presentar mayor inflamación de garganta y de oídos”.
Por lo demás, y excepto esos síntomas, el cuadro clínico es similar a las variantes anteriores, “pero con la diferencia de que han disminuido en gran número los casos graves de la enfermedad”, asegura el doctor José Antonio Delgado, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Universitario del Vinalopó.
Además, el doctor Valdivia cree que el destacado aumento de casos durante esta séptima ola se debe a que “las nuevas variantes tienen una alta capacidad de escape, tanto a los anticuerpos generados con la vacunación, como a la inmunidad natural del cuerpo, que es el principal mecanismo de defensa contra los virus y sus toxinas”. Por eso las nuevas variantes infectan tanto a personas que ya han pasado la enfermedad, como a personas vacunadas.
Vacunación
Ambos especialistas recomiendan que los ciudadanos reciban la pauta completa (tres dosis) de vacunación, ya que los cuadros más graves aparecen en pacientes no vacunados; tienen más fiebre, la duración de los síntomas agudos es más larga y, en general, tienen más riesgo de acabar en urgencias. “En el caso de la población que ha recibido todas las vacunas, los casos son en su mayoría leves. Se observa un incremento de ingresos sobre todo en pacientes con la vacunación incompleta, mayores o con patologías de alto riesgo, como trasplantados, personas que reciben quimioterapia o tratamientos inmunodepresores, fibrosis quística, síndrome de Down o mayores de 40 años que dificultan la respuesta efectiva a la vacunación”, añade el doctor Valdivia.
En cuanto a la cuarta dosis, ambos expertos creen que es necesario administrarla.
“Falta únicamente determinar las fechas y el orden de prioridad para la administración, pero, por la información que procede de otros países europeos, cabe esperar que el inicio de la campaña de vacunación poblacional de esta nueva dosis se lleve a cabo en octubre o noviembre, coincidiendo con la campaña de vacunación antigripal”, explican.