Por Juan García
19 de junio de 2024Que el verano se presenta complicado en materia de atención sanitaria no es algo que pille de nuevas a las administraciones. A las ya habituales bajas de médicos por las vacaciones de verano que dejan mermadas las plantillas, se le suma este año la eventualidad de no poder contar con los estudiantes MIR de último año (que este año finalizan en septiembre, en lugar de en junio como venía siendo habitual) como refuerzos a contratar en el periodo estival.
Para cuantificar la magnitud del problema, desde el sindicato de enfermería Satse han recabado datos de las distintas comunidades autónomas sobre el cierre de camas hospitalarias este verano. Según sus estimaciones, las consejerías de Sanidad han previsto unas 10.463 camas menos en funcionamiento que el año anterior. .
"Se trata de una cifra global a la baja, ya que distintos centros y servicios no han querido facilitar los datos, argumentando que dependerá de la evolución futura de la situación", ha comunicado el sindicato. Al respecto, SATSE denuncia las dificultades existentes todos los años para conseguir una información que es de interés general.
Además del cierre programado y progresivo de camas disponibles, la suspensión de consultas externas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas es una práctica habitual de todas las administraciones.
Andalucía, con una previsión de 2.500 camas cerradas, Cataluña (más de 2.000) y Comunidad Valenciana (un millar), son las comunidades que más unidades tendrán inoperativas este verano.
Satse subraya que, un año más, las administraciones públicas no han cubierto el total de las vacantes por periodo vacacional, bajas por enfermedad y otro tipo de situaciones que requerirían sustituir al personal, lo que conlleva un aumento de la sobrecarga laboral para las enfermeras que trabajan los meses de verano. El porcentaje de personal que no se sustituye llegará hasta el 40-50% en el caso de alguna comunidad autónoma, según los datos del sindicato. "Una realidad que repercute negativamente en la atención a las personas y también en la salud de los profesionales", añaden.
Satse apunta que "los porcentajes de sustitución del personal no son datos absolutos, pues se ven ‘maquillados’ precisamente por ese cierre de camas y servicios, que en realidad tiene como objetivo ahorrarse sustituciones moviendo al personal de un servicio a otro".
Por su parte, la ministra de Sanidad, Mónica García, considera que el cierre de camas hospitalarias "es una mala noticia a la que estamos acostumbrados todos los veranos", y recuerda a las CCAA que "esto no se arregla echando la culpa al ministerio", ni "poniendo parches ni echando balones fuera", porque "echando la culpa al ministerio no se abren camas". Unas declaraciones con las que no están de acuerdo muchas de las comunidades autónomas. Sin ir más lejos, el consejero de Sanidad de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, Alejandro Vázquez, en una entrevista con Medicina Responsable, ha comentado que, tras el último Consejo Interterritorial, las comunidades “esperábamos un documento para una situación de crisis, con unas medidas claras” para dar soluciones a este problema, sin embargo, “nos contó algo que ya sabíamos”. Para Vázquez y otros consejeros de Sanidad como Fátima Matute, de Madrid, es competencia del Ministerio adoptar medidas para paliar esta escasez de profesionales y acusan a la ministra de “inacción”.
A las puertas de julio, algunas comunidades han anunciado medidas de refuerzo, pero la merma de la atención sanitaria parece una realidad inevitable a estas alturas.