Por Medicina Responsable
10 de junio de 2024Hasta el año 2023, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha recibido la notificación de 129 sospechas de casos de linfoma anaplásico de células grandes (LACG) asociado a implantes de mama en España. De estos, se han confirmado 94 y cuatro han acabado en muerte.
La mayor parte tuvo un curso clínico benigno tras la retirada de la cápsula periprotésica y de los implantes. No obstante, alguno precisó de un tratamiento asociado.
Desde el año en el que se notificó el primer caso de linfoma, en 2012, 581.000 mujeres se han sometido a un trasplante mamario, cifra que indica una incidencia baja de esta enfermedad.
De los 94 casos confirmados, 22 implantes se debieron a la necesidad de una reconstrucción tras mastectomía y 40 fueron por razones estéticas. Del resto, no se dispone información.
Por comunidades autónomas, la que más notificaciones de sospecha de LACG tuvo fue Madrid, seguida de Cataluña y Comunidad Valenciana. Las que menos, Navarra y Galicia.
En cuanto al tipo de implantes, se ha encontrado que este linfoma está más asociado con los que tienen una cubierta texturada (77 de 94). No obstante, hasta hace unos años eran los más utilizados.
Los datos han sido recogidos en el último informe “Seguimiento del protocolo para la detección del linfoma anaplásico de células grandes (LACG) asociado a implantes de mama”, publicado este mismo lunes. Este trabajo se desarrolla, desde hace años y entre varias sociedades médicas, como medida de seguimiento y garantía de seguridad y eficacia de varios países.
¿Qué es el linfoma anaplásico de células grandes?
Este cáncer es un tipo raro de linfoma no Hodgkin que afecta a gran variedad de tejidos, incluyendo la mama en aquellas mujeres portadoras de implantes mamarios. Actualmente, está englobado dentro de una categoría de trastornos linfoproliferativos con un amplio espectro de comportamientos clínicos. La clave diagnóstica es la presencia siempre de células malignas infiltrando la cápsula periprotésica o en el líquido periprotésico.
Se cree que se desarrolla a partir de los linfocitos que participan en la formación de la cápsula fibrosa que se produce alrededor del implante mamario, como consecuencia de la reacción del organismo a un cuerpo extraño.
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