Por Gema Puerto
3 de mayo de 2023“Estoy escondida en el sótano de casa de mi amiga. No puedo más. Él me ha dicho que soy suya. Me agarró por las piernas para que no me pudiera escapar y me dijo que me puede tocar como él desee”. Es el testimonio de una adolescente de 14 años que ha llamado al teléfono ANAR en el año 2021. Violencia, abusos sexuales, suicidios, trastornos de alimentación, duelo, adicciones, depresión, baja autoestima o ansiedad. Son algunos de los casos expuestos por los niños y adolescentes que desesperados llaman a la Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) para pedir ayuda. Esta entidad sin ánimo de lucro fue fundada en 1970 y se dedica a la promoción y defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo a través de sus Líneas de Ayuda y Hogares de Acogida que en 2021 atendieron 251.118 peticiones de ayuda, un 50,9% más que el año anterior.
Según el informe anual del Centro de Estudios e Investigación de esta fundación, un año más, la violencia sigue siendo el principal motivo de consulta, pasando de atender 6.259 casos graves de violencia en el año 2020 a 8.565 casos graves en el año 2021 (+36,8%).
A raíz de la pandemia provocada por la Covid-19 (que ha acentuado la soledad o los problemas de comunicación), la Fundación ANAR ha notado un alarmante repunte de los problemas de salud mental de los más jóvenes, que representaron este pasado año el 32,5% de las peticiones y han supuesto un incremento del 54,6% respecto a 2020.
La suma de consultas por ideas suicidas, intentos de suicidio y autolesiones representó la cifra de 7.770 peticiones de ayuda, lo que significa que se han multiplicado por 18,8 en la última década. Gracias a la intervención de ANAR ha podido salvarse la vida a 4.542 niños, niñas y adolescentes.
Junto al suicidio, que ha experimentado el crecimiento más preocupante dada la gravedad de sus consecuencias, las autolesiones se han multiplicado por 56 en los últimos 13 años (con una tasa de crecimiento de +5.514%), pasando de 57 casos atendidos a través de las Líneas de Ayuda en 2009 a 3.200 en 2021.
Por su parte, los trastornos de alimentación crecieron un 154,7% en 2021, el duelo un 138,9%, los síntomas depresivos/tristeza un 31,5%, las adicciones un 41%, la baja autoestima un 27,9% y la ansiedad un 25,6%.
Otro factor llamativo del Informe Anual Teléfono/Chat ANAR 2021 es que en el 52,2% de los casos, los menores de edad estaban viviendo en el seno de familias que presentan graves problemas de salud mental.
Sobre las posibles causas del aumento de problemas psicológicos, Benjamín Ballesteros, director de programas de la Fundación ANAR y psicólogo, apunta a la soledad acompañada producida por las nuevas formas de comunicación y las tecnologías, la falta de referentes emocionales, los problemas de comunicación, la mayor exposición a la violencia a través de la tecnología y otros problemas graves como el coronavirus o la invasión de Ucrania que, en la actualidad, generan problemas psicológicos, sociales y económicos que aumentan la frustración, la desmotivación, la incertidumbre, el malestar y, en ocasiones, desesperanza”.
Respecto a la violencia contra los menores de edad, principal motivo de llamada a las Líneas de Ayuda ANAR, no sólo es preocupante el aumento de casos (8.565) sino también la gravedad, urgencia, duración y frecuencia de estos. Todos estos parámetros han empeorado de forma significativa, a la vez que se ha incrementado un 36,8% el número de menores de edad atendidos por esta causa.
Las víctimas de violencia de género menores de edad ayudadas en la Fundación ANAR han experimentado en el último año un incremento del 49,5%, afectando a 3.440 adolescentes. Cabe destacar al respecto que el 43,6% de ellas no eran conscientes de estar sufriéndola.
En cuanto a los casos de abusos sexuales, la Fundación ANAR ha pasado de atender 717 casos en 2020 a 1.297 casos en 2021, lo que supone un incremento del 80,9%.