Por Julia Porras
30 de noviembre de 2023La contaminación del aire es uno de los mayores riesgos ambientales que existen para la salud. De hecho, junto a la contaminación ambiental (del exterior), causa alrededor de siete millones de muertes prematuras cada año por cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias como el asma y la neumonía, que afectan de manera desproporcionada a los niños de países de ingresos bajos y medianos.
En el marco de la inauguración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se celebrará en Dubái hasta el próximo día 12, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado su “Examen de 2023 sobre la salud en las contribuciones determinadas a nivel nacional y estrategias a largo plazo”, en el que destaca las acciones necesarias para asegurar que la salud de las personas se priorice e integre en los planes nacionales de lucha contra el cambio climático.
El cambio climático ya está dañando la salud y el bienestar de las personas. Desde enfermedades causadas por fenómenos climáticos extremos hasta el incremento de la incidencia y la propagación de las enfermedades transmitidas por vectores; así como el aumento de las enfermedades cardiovasculares y respiratorias provocadas por el calor extremo y la contaminación atmosférica, respectivamente: los impactos del clima en la salud de las personas son ineludibles. “La salud de las personas y del planeta están vinculadas, y, tras años de promesas, necesitamos de manera urgente una respuesta rápida para proteger ambas”, ha dicho el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Tan solo las políticas climáticas motivadas por los resultados de salud resultarán en las acciones necesarias para salvar vidas, prevenir enfermedades y construir sociedades más saludables y justas”.
“Los países han realizado progresos importantes en el reconocimiento del cambio climático como una amenaza para la salud de las personas y del planeta, pero necesitamos que estos compromisos se amplíen, se aceleren y reciban una financiación adecuada para asegurar una respuesta equitativa que proteja la salud y los medios de vida de las generaciones actuales y futuras”, ha dicho la doctora María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.
Mediante la intensificación de las acciones para reducir las emisiones de carbono, los países también obtendrán mayores beneficios para la salud de sus habitantes. Por ejemplo, fomentar los desplazamientos a pie y en bicicleta y apoyar el cambio a dietas sostenibles y saludables mejora la salud y reduce los impactos en el clima.
Además, se espera que los países obtengan beneficios para la salud que superen las inversiones financieras necesarias para mitigar el cambio climático. Las estrategias a largo plazo para un desarrollo con bajas emisiones de otros países entre los que se encuentran España, Fiji y Marruecos, confirman que alcanzar las metas de mitigación del cambio climático conllevará ahorros económicos a partir de la reducción de la contaminación del aire.
Para asegurar una respuesta equitativa y efectiva al cambio climático, la OMS pide mecanismos de financiación multilateral climática para incrementar la financiación de políticas e iniciativas dedicadas de manera explícita a proteger o mejorar la salud de las personas.