Por Andrea Martín
26 de abril de 2023Según un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III, el 28% de la población española está expuesta a niveles de ruido superiores a los 65 decibelios, el máximo recomendado por la Organización de la Salud (OMS). Se trata de un problema grave que en nuestro país causa 1.000 muertes prematuras. A nivel europeo, en muchas ciudades, este porcentaje puede alcanzar el 50% de la población urbana, de acuerdo con un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Se calcula que aproximadamente 95 millones de personas en el mundo están expuestas a niveles nocivos de ruido del tráfico rodado, es decir, aquellos niveles de ruido que superen los 53 decibelios. La OMS estima que, en 2050, tres de cada cuatro habitantes de grandes ciudades sufrirán algún grado de pérdida auditiva y 700 millones de personas necesitarán atención otológica como consecuencia de la exposición de estos niveles de ruido.
En España, el ruido del tráfico, de los trenes, las obras, las discotecas o los conciertos, son las principales causas del ruido excesivo en las ciudades. Casi un tercio de los hogares españoles, concretamente el 30,5%, declara sufrir molestias por sonidos generados en el exterior de sus viviendas. Además, el 47% de los españoles consideran que el lugar donde residen ya sea en la ciudad o en un pueblo, es muy ruidoso y el 32% declara que el nivel sonoro es un aspecto muy importante a la hora de elegir vivienda. Así, se refleja en el Estudio de hábitos de cuidado auditivo elaborado por GAES, que advierte que los problemas auditivos se deben a que cada vez son más las personas que incorporan el sonido a sus actividades diarias, especialmente los más jóvenes.
Otro de los datos que se extrae del informe es que nueve de cada diez españoles no se protegen frente al ruido. “Si no podemos evitar la exposición prolongada del ruido en la calle, debemos tomar precauciones para proteger nuestros oídos y prevenir problemas de salud, así como utilizar protectores auditivos para dormir, moderar el tono de voz, utilizar un volumen adecuado cuando escuchamos música o vemos la televisión, entre otras medidas”, asegura el doctor Juan Royo, jefe de Sección de Otorrinolaringología en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
El ruido puede tener consecuencias graves en la salud auditiva, como por ejemplo la pérdida de audición, pero también puede ocasionar otros efectos como el trastorno del sueño, problemas en el sistema cardiocirculatorio, reducción del rendimiento, estrés e incluso un incremento de los ingresos hospitalarios urgentes por ansiedad y depresión. Cada año hay más de 1.000 muertes prematuras y 4.000 hospitalizaciones derivadas, además de los más de 2 millones de personas que tienen dificultades para conciliar el sueño. Además, según señala el estudio, el 34% de los españoles afirma que la contaminación acústica influye en su estado de ánimo.
Entre los colectivos más afectados por esta situación se encuentran los grupos vulnerables, como los ancianos, las mujeres embarazadas, las personas con recursos económicos escasos y personas con enfermedades prexistentes, además de los más jóvenes.