Estos son los riesgos para la salud de la calima que cubre España

Estos días el cielo del atardecer parece sacado de la película “Mad Max”. Su aspecto opaco y turbio, por culpa de la calima en muchas regiones españolas, crea una atmósfera apocalíptica propia del desierto del Namib de África, dónde se rodó esta película.

La calima es un fenómeno meteorológico que se produce cuando hay polvo y arena en suspensión en la atmósfera procedente del Sáhara, y que el viento ha desplazado hasta las islas Canarias y parte de la Península. Las partículas suspendidas en el aire provocan que éste tenga un aspecto de color amarillento o anaranjado y, el polvo mineral que contiene, repercute en la salud de las personas.

Este fenómeno atmosférico se ha sumado al calor extremo que está viviendo España y que alcanzó el miércoles su punto álgido, con temperaturas de más de 44ºC en algunos puntos de la península, y 40ºC en el norte. Este jueves, las altas temperaturas empezarán a descender, aunque el viernes y el fin de semana seguirán siendo días muy calurosos tanto de día como de noche.

En el cuarto día de la ola de calor, la Agencia Española de Meteorología (AEMET), ha anunciado que hoy se espera calima en Canarias y en el tercio sur peninsular y ha activado el aviso rojo por altas temperaturas en Castilla-La Mancha, Región de Murcia y la Comunidad Valenciana; el naranja para Andalucía, Aragón, Cataluña y Comunidad de Madrid; y el amarillo para Baleares, Castilla y León y Extremadura.

Consecuencias para la salud 

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con la calima, la calidad del aire desciende considerablemente y, las bacterias, virus, hierro, mercurio o pesticidas que se alojan en su polvo en suspensión, afectan a las personas con problemas respiratorios como asmáticos o alérgicos.

El polvo en suspensión que proviene del Sáhara puede inflamar la mucosa de los bronquios y producir broncoespasmos, ya que hace que el espacio por donde pasa el aire sea menor de lo normal. Pese a que no se trata de un riesgo extremo, sí puede suponer una situación incómoda para pacientes asmáticos o con enfermedades de inmunodepresión. Otra de sus consecuencias es que, si la calima es densa, se puede sufrir irritación en los ojos.

Otro órgano que puede verse afectado por este fenómeno es la piel, ya que es un órgano vivo y toda agresión externa, como la calima, le afecta: aumenta su sensibilidad, se vuelve más seca y, en las personas con exceso de grasa, aumenta la producción de grasa. Además, las personas que sufren de problemas como rosácea, dermatitis atópica, psoriasis, eccemas o acné lo pueden pasar especialmente mal por culpa de la calima.

En estos casos los expertos recomiendan hidratar en profundidad la piel y, si los síntomas empeoran, acudir al médico con el fin de que les recete antihistamínicos para los síntomas respiratorios o el picor en la piel.

Otras repercusiones

El polvo del Sáhara, además de poner en riesgo nuestra salud, puede hacer que tengamos problemas con los dispositivos electrónicos como el móvil o el ordenador e internet.

Los teléfonos se comunican mediante antenas de telefonía y ondas de radio en las que el polvo en suspensión les afecta de una manera negativa. Las partículas de polvo absorben estas ondas de radio lo que causa que la comunicación sea deficiente y que la calidad de internet se deteriore.

Si además vivimos en un entorno húmedo, estos efectos aumentan todavía más, ya que las partículas de agua en el aire causan que las ondas reboten todavía más. Los dispositivos electrónicos también pueden recibir daños directos por el polvo, y hacer que éste se cuele con muchísima facilidad por sus distintas juntas haciendo que no funcionen igual.

 

 

 

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