El plástico, una amenaza para la salud

Causa diferentes tipos de enfermedades, deterioro y mortalidad prematura y sus repercusiones sanitarias afectan de forma desproporcionada a las comunidades vulnerables, de bajos ingresos, a las minorías y a los niños. Hablamos del plástico, “un producto que amenaza la salud humana y del planeta” en todas las etapas de su ciclo de vida. Además, como explica la Fundación Minderoo, del Centro Científico de Mónaco, aumenta el riesgo de aborto, obesidad, enfermedades cardiovasculares y cánceres.

Por primera vez, investigadores de todo el mundo especializados en los campos de la salud, el océano y el medio ambiente han colaborado para cuantificar los riesgos considerables del plástico en la tierra y han presentado un análisis inédito que muestra los distintos peligros en cada etapa de su ciclo de vida.

Los hallazgos 

Según el informe, los patrones actuales de producción, uso y eliminación de plásticos no son sostenibles y son responsables de daños significativos en la salud humana, el medio ambiente y la economía, así como de profundas injusticias sociales. Por eso, recomienda establecer estándares de protección de la salud para los productos químicos plásticos bajo el “Tratado Global de Plásticos”, requiriendo pruebas de toxicidad de todos los polímeros y productos químicos plásticos antes de ingresar a los mercados, así como la vigilancia posterior a la comercialización.

La profesora Sarah Dunlop, coautora y jefa de Plásticos y Salud Humana de la Fundación Minderoo, cree que estamos abriendo los ojos a los daños causados ​​por este material. “Estos hallazgos nos colocan en un camino inequívoco para exigir la prohibición o restricción severa de artículos de plástico innecesarios, evitables y problemáticos, muchos de los cuales contienen químicos peligrosos con vínculos a daños terribles para las personas y el planeta. En 2015, el 4 % del combustible fósil se usó para fabricar plástico y, para 2050, se prevé que aumente al 20 %. Peor aún, a medida que la producción de combustibles fósiles continúe aumentando, los profundos impactos que ya vemos aumentarán más”.

En cuanto a la biología marina, las conclusiones de la Comisión revelan una mayor necesidad de medir los efectos del plástico en las especies marinas, especialmente en lo que se refiere a la ingestión de micro y nano partículas. Según el doctor Hervé Raps, médico del Centre Scientifique de Monaco, "los residuos plásticos ponen en peligro los ecosistemas oceánicos de los que depende toda la humanidad. Además de sus efectos intrínsecos, los plásticos también pueden ser un vector de microorganismos potencialmente patógenos."

La Comisión del estudio descubrió que el plástico representa aproximadamente el 4-5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de su ciclo de vida, equivalente a las emisiones de Rusia, lo que lo convierte en un contribuyente a gran escala del cambio climático.

El estudio también calculó que el coste total de las repercusiones en la salud de la producción de plásticos fue de 250 mil millones de dólares en un período de doce meses, que es más que el PIB de Nueva Zelanda..

Según la investigación, muchos de los daños de los plásticos se pueden evitar mediante mejores prácticas de producción, diseños alternativos, productos químicos menos tóxicos y disminución del consumo. También se ha demostrado que la regulación desempeña un papel positivo en la UE, donde los éteres de bifenilo polibromados (PBDE) han sido regulados durante muchos años, mostrando una reducción en la pérdida de productividad de las personas (discapacidad intelectual y pérdida de coeficiente intelectual), en comparación con las poblaciones analizadas en los Estados Unidos.

 

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