Nueva York se ahoga

La ciudad de Nueva York está pasando algunas de sus horas más críticas a causa del humo proveniente de los incendios forestales que están teniendo lugar en Canadá. Según informa la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU, la calidad del aire está en el rango de “muy poco saludable”, con un índice de 228 puntos, cuando el máximo está en 300, donde ya pasaría a ser peligroso. Con este nivel de riesgo, los efectos sobre la salud aumentan para toda la población.

Desde la Oficina del alcalde de la ciudad de los rascacielos se ha emitido un comunicado en el que se indica que los neoyorquinos con problemas de corazón o respiratorios deben reducir la actividad al aire libre mientras continúe el humo y neblina en la zona. Se aconseja también a niños y adultos mayores que no salgan de sus casas, por su mayor vulnerabilidad.

El alcalde Eric Leroy Adams ha pedido desde su cuenta de twitter que “los ciudadanos limiten sus actividades en el exterior y, si han de salir, que usen mascarilla”.

Se prevé que las condiciones del aire empeoren, por lo que la alerta se ha extendido hasta las 11.59 p.m.

Según el director médico de Medicina Responsable, el doctor Pedro Gargantilla: "El humo de los incendios tiene efectos indeseables en la salud, desde algunos que pueden ser banales, como irritar los ojos o el aparato respiratorio, produciendo tos, hasta agravar las enfermedades cardiopulmonares crónicas. Esto se debe a que las partículas finas que se generan durante los incendios penetran en nuestro árbol respiratorio y provocan un cierre de los bronquios, agravando enfermedades como el asma o la EPOC".

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