Por Eva Abajo
8 de mayo de 2023La contaminación incrementa de forma notable el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Así lo refleja el estudio “Exposición a la contaminación del aire por hora y aparición de arritmia sintomática”, realizado por investigadores chinos y publicado en el Canadian Medical Association Journal (CMAJ).
La investigación explora la relación entre la contaminación del aire y la aparición de arritmias cardiacas y, para ello, se incluyeron 190.115 pacientes de más de 2.000 hospitales de 322 ciudades chinas, con un inicio agudo de arritmia sintomática. La media de edad de los participantes en el estudio era de 64 años, con un 47,1% menores de 65 años.
El estudio, liderado por los colaboradores Junbo Ge, Yong Huo y Renjie Chen, cruzó los datos de una pluralidad de casos, ocurridos en China entre 2015 y 2021, sobre la aparición de arritmia y las concentraciones por hora de seis contaminantes atmosféricos. Únicamente se incluyeron en el análisis los pacientes con dolor torácico y un diagnóstico principal de arritmia primaria sintomática.
Hasta la fecha, existían evidencias de que la contaminación ambiental constituye un factor de riesgo de las enfermedades cardiacas, por encima de otros como la dieta, la falta de ejercicio y el consumo de alcohol y drogas, e incrementa la posibilidad de padecer un infarto de miocardio. Sin embargo, los resultados del estudio concluyeron que el riesgo de arritmia sintomática se materializó durante las primeras horas tras la exposición a la contaminación y se atenuó de forma significativa transcurrido un plazo de 24 horas. La arritmia, provocada por un mal funcionamiento de los impulsos eléctricos que coordinan los latidos del corazón, suele producirse de manera repentina y puede tener graves repercusiones que deriven en la muerte del paciente.
La exposición a la contaminación incrementó también el riesgo de padecer otras enfermedades cardiovasculares, como fibrilación auricular, aleteo, taquicardia supraventricular, insuficiencia cardiaca, infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares graves que merman de forma significativa la calidad de vida de los afectados.
Para los investigadores “se suma a la evidencia de los efectos cardiovasculares adversos de la contaminación del aire, destacando la importancia de reducir aún más la exposición a la contaminación del aire y de la protección de las poblaciones susceptibles en todo el mundo”.