Por Juan García
5 de julio de 2024Tres de cada cuatro españoles hacen una valoración positiva de su propio estado de salud, aunque en lo que se refiere a la “salud” del sistema sanitario, la percepción es algo menos optimista. Según los datos del último Barómetro Sanitario, elaborado por el Ministerio de Sanidad en colaboración con el CIS, la nota media que pone la ciudadanía a la sanidad pública es un 6,26 sobre 10.
A través de 2.576 entrevistas, la primera oleada de esta encuesta en 2024 refleja una estabilización en la valoración que hacen los ciudadanos del sistema sanitario, con un aumento de una décima respecto al año pasado. La comparativa con el periodo prepandemia muestra que la sanidad pública sigue tocada del trauma de la Covid y no logra volver a los índices de satisfacción de 2019, que estaba en un 6,74 de media entonces.
En lo que se refiere a la prestación y el acceso a los servicios sanitarios, una de las conclusiones más llamativas de este barómetro es que, a ojos de los españoles, el principal factor de desigualdad es la comunidad autónoma de procedencia. Así, preguntados por si consideran que la sanidad pública presta los mismos servicios con independencia de la comunidad de residencia, un 40% de los encuestados contestaron que no. Los demás factores, como la edad, el nivel socioeconómico o el país de origen apenas fueron considerados determinantes para recibir una mejor o peor atención por un 15% de la población.
Otra de las deficiencias que observan los españoles según esta encuesta es la comunicación y coordinación entre niveles asistenciales. Más de la mitad de los encuestados califica esta conexión entre regular y muy mala.
En cuanto a las listas de espera, casi la mitad de los ciudadanos (47%), considera que la situación sigue igual y más de un tercio considera que ha ido a peor. Sin embargo, el Ministerio destaca que el porcentaje de personas que consideran que ha empeorado se ha reducido cuatro puntos respecto a 2023.
Si atendemos a la valoración pormenorizada que hacen los ciudadanos de los distintos servicios sanitarios, las Urgencias del 061 y del 112 continúan reinando, al igual que en ediciones anteriores, como mejor valoradas. Con una valoración media de 7,51, le siguen la atención recibida durante ingresos en hospitales públicos, con un 7,14. En el otro lado de la balanza encontramos, como también viene siendo habitual, la atención de médicos especialistas, que obtienen una nota de 5,86.
Digno de mención aparte es el caso de la Atención Primaria, que mejora su valoración. La preocupación por la situación de sus profesionales y la falta de personal, con la consiguiente traducción que tiene sobre la calidad asistencial que reciben los ciudadanos, le hace acaparar con frecuencia los focos.
Esta nueva edición del Barómetro Sanitario apunta a una leve reducción en la espera media para conseguir una cita con el médico de familia. Tras tocar techo el pasado mes de diciembre con una espera media de 9,48 días, la media actual se sitúa en 8,3 días. También mejora la valoración que hacen los ciudadanos de la atención recibida en este servicio, que sube tres puntos respecto a la media de 2023 hasta alcanzar un 83,6% de los encuestados que lo califican positivamente.
No obstante, casi la mitad de los españoles tardó más de una semana en conseguir cita con su médico de cabecera en la sanidad pública. Entre los encuestados, uno de cada cuatro declaraba no haber conseguido contactar con su médico de familia cuando lo necesitó, siendo el principal motivo el excesivo tiempo transcurrido, que dio lugar a que el paciente lo resolviera acudiendo a urgencias o que ya dejara de ser necesaria la visita cuando llegó el día. El mayor porcentaje de encuestados se encuentra en la franja de los que tardaron más de 11 días en pasar por consulta de medicina familiar.
Si nos fijamos en la situación de los especialistas, los datos apuntan que los elevados tiempos en conseguir cita con estos médicos tras ser derivados por el médico de cabecera podrían servir para explicar el descontento con estos servicios. Para más del 40% de los encuestados, transcurrieron más de tres meses entre la derivación y la cita con el especialista, mientras que menos del 20% pudo conseguirlo en menos de un mes.
La gran mayoría (92%) afirmaron estar cubiertos por la sanidad pública y un 23,9% de los españoles tiene contratado un seguro privado. En caso de poder elegir, más del 60% optaría por acudir a la sanidad pública. Más concretamente, en esta disyuntiva, el 69% elegirían la pública para ser vistos por su médico de cabecera, un 76% lo haría en caso de atención hospitalaria y un 71,8% lo preferiría para acudir a un servicio de urgencias. Donde mayor peso gana la privada es en la consulta del especialista, con un 42,1% de los pacientes que elegirían la privada.
En conclusión, el sistema sanitario parece seguir resintiéndose de los males que puso de manifiesto la pandemia. Problemas como las listas de espera o la falta de profesionales parecen haberse cronificado a juicio de los ciudadanos, que mantienen a la sanidad pública lejos aún del notable que le otorgaran hace unos años.