Por Aurora Molina
21 de febrero de 2024El 64% de las mujeres con menopausia afirma que tiene problemas para conciliar o mantener el sueño durante toda la noche y un 60% indica que padece sudores y sofocos nocturnos que dificultan su descanso, según un estudio realizado por la compañía especializada en tratamientos para la menopausia, Domma, que ha contado con la participación de 8.500 encuestadas.
El insomnio es una de las dolencias más habituales en la población adulta a nivel mundial. A pesar de su frecuencia durante la menopausia, la cofundadora de Domma, Mireia Roca, en declaraciones a Europa Press, asegura que "el insomnio es un síntoma muy poco visibilizado que tiene un impacto directo en el bienestar físico y emocional de la mujer durante el climaterio". Esto último se define como el periodo de transición en el que cesa la función reproductora. Según la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), este proceso puede durar años, antes y después de la menopausia, como consecuencia del agotamiento ovárico.
"El insomnio en la menopausia no es cualquier insomnio; en esta etapa hay una serie de factores fisiológicos alterados que impiden el funcionamiento adecuado del organismo", explica la biotecnóloga y especialista en producto I+D en Domma, Julia Guri. "Nos encontramos con un insomnio que viene acompañado de déficits nutricionales, de desajustes endocrinos -que no sólo incluyen las hormonas sexuales sino también la insulina, el cortisol y otras que tienen incidencia directa en el metabolismo-, y de cambios en la producción de neurotransmisores que determinarán la actividad de nuestro sistema nervioso a lo largo de toda la madurez".
Según apunta el doctor Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable, el sufrimiento de insomnio durante la menopausia se debe a dos factores: una bajada de estrógenos y progesterona, ya que “ambas hormonas ayudan a regular el sueño”.
Por ello, desde Domma recomiendan seguir una serie de pautas para combatir el insomnio durante la menopausia. Algunos ejemplos son: establecer rutinas de sueño antes de ir a dormir y al despertarse; dormir entre siete y nueve horas diarias; limitar la cafeína y la tecnología antes de dormir; evitar la exposición a luces horas antes de ir a la cama; tomar infusiones relajantes antes de ir a dormir o practicar ejercicio físico de forma regular.
Más allá de la menopausia, el insomnio puede aparecer por otras cuestiones ajenas a ésta y, si no se trata correctamente, puede tener graves consecuencias para la salud.
Algunos de los efectos más comunes, según explican desde Domma, son la disminución del rendimiento diario, una sensación constante de fatiga, falta de concentración y disminución de los actos reflejos. Aun así, si los efectos empeoran, puede llegar a ocasionar enfermedades más graves como la diabetes, el cáncer o la obesidad, entre otros.