Por Julia Porras
27 de noviembre de 2023La ministra de Sanidad, Mónica García, ha inaugurado este lunes la 32ª reunión de los Consejos Nacionales de Ética en la sala Ernest Lluch del Ministerio de Sanidad, en su primer acto público como titular de la cartera. En este evento, la ministra ha puesto en el centro la ética como principio rector del mandato que arranca, asegurando que va a llevar a cabo su mandado en los próximos años “desde la ética, ya que puede dotarnos de herramientas de pensamiento y deliberación para afrontar los retos presentes y futuros”.
En este sentido, ha recordado que “el dolor y sufrimiento derivados de no reconocer la dignidad en todos los seres humanos ha de ser una de las cosas que nos muevan para mejorar nuestras sociedades y, más concretamente, la salud de nuestra gente”. Ha recordado, además, que “las medidas legales son necesarias, pero sin personas convencidas de que cualquier ser humano es digno de todo respeto, seguiremos teniendo un mundo muy caro en dolor y en sufrimiento". Por eso, ha abogado por reconocer la dignidad en todos los seres humanos “para mejorar nuestras sociedades y, más concretamente, la salud de nuestra gente”.
Para Mónica García, “si algo caracteriza a la ética en el ámbito de la salud, y debe también caracterizar a la política en este mismo ámbito, es la necesidad de guiarse por un fuerte principio de justicia”. Por eso, ha recordado que los sistemas sanitarios, especialmente los sistemas sanitarios públicos, han de ser garantes de la igualdad de oportunidades. “No podemos afrontar retos como el del crecimiento de los problemas de salud mental cavando trincheras, sino tendiendo puentes, construyendo herramientas de deliberación para tomar medidas que mejoren las vidas de la gente, que las doten de unas condiciones de vida que las mejoren y que les resten dolor y sufrimiento”, ha enfatizado.
García ha destacado que dicha ética debe “ayudar a los gobernantes a tener altura de miras para llegar a acuerdos que partan del reconocimiento del resto de actores como interlocutores válidos y que pongan el bienestar de nuestras sociedades por encima de las batallas cortoplacistas de los partidos”. En este sentido, ha incidido que es labor de los gobernantes, de los profesionales sanitarios y de los expertos en ética clínica identificar las situaciones de enfermedad y muerte, y no huir de esa realidad. “Es una enorme responsabilidad, a la par que una gran oportunidad para dejar en el mundo una huella imborrable”, ha indicado.