Por Gema Puerto
6 de marzo de 2023Prescribir recetas en catalán, mantener esta lengua al hablar con los pacientes, independientemente de que hablen castellano o hacer los informes en catalán. Estas son algunas de las normas que forman parte del decálogo que un millar de médicos en Cataluña ha firmado con el objetivo de forzar a que los médicos se dirijan a los enfermos exclusivamente en catalán. De acuerdo con el decálogo, sólo se cambiará de lengua “si existe dificultad de comunicación”.
La medida de este millar de médicos ha saltado a los medios de comunicación tras la difusión de un vídeo en tik-tok de una enfermera gaditana, de un centro público de la Generalitat, que criticaba que se le exigiera el nivel C de catalán para poder aprobar unas oposiciones. El consejero catalán de Salud, Manel Balcells, aseguró que es “intolerable” que una servidora pública hiciera declaraciones de este tipo y le ha abierto un expediente.
Además del grupo de médicos, la exconsejera socialista de Salud, Marina Geli, también ha instado a llamar a los pacientes en catalán en las salas de espera y sólo “hacer una copia en otro idioma si se reclama explícitamente”. Con esta medida los facultativos fuerzan a que las relaciones con los médicos llegados de otras comunidades sean también siempre en catalán y entre otros mandatos, los médicos se comprometen a “hacer los informes de derivación y peticiones de pruebas” en catalán, a “escribir siempre en catalán en la historia” de los pacientes o a “mantener siempre el idioma en sesiones y reuniones, aunque alguien hable en castellano”.
El vicepresidente de la asociación Societat Civil Catalana, Álex Ramos, que además es médico, ha declarado a Medicina Responsable que “la medida del decálogo del millar de médicos es totalitaria y ni es legal, ni ética, ni democrática. En Cataluña existen dos lenguas oficiales que son el catalán y el castellano y debe existir un bilingüismo normalizado y efectivo”. También este médico ha manifestado que los facultativos deben utilizar el castellano y el catalán de forma flexible con los pacientes de acuerdo con lo que éstos soliciten y, añade, “lo que han hecho estos médicos es una equivocación. El uso del catalán debería ser un mérito y no un requisito impuesto para los médicos y enfermeros que vienen de otras comunidades porque ellos no saben catalan”