Por Medicina Responsable
11 de octubre de 2024La proliferación de las pseudoterapias es una preocupación compartida por todos los actores del sistema sanitario. Tras la celebración de la jornada “Mala ciencia y medicina alejada de la evidencia”, la Organización Médica Colegial (OMC), el Ministerio de Sanidad, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) han emitido una declaración conjunta en la que resaltan el valor de la evidencia científica y su aplicación a la medicina clínica, mostrando su rechazo al uso de pseudoterapias por su riesgo para la salud de los pacientes.
A través de esta declaración, las organizaciones firmantes reprueban la utilización de técnicas o terapias sobre las que, o bien no existe evidencia probada, o sobre las que la evidencia existente concluye que no son útiles e incluso que pueden ser perjudiciales para la salud.
El presidente de la OMC, el doctor Tomás Cobo, ha resaltado la necesidad de “continuar aunando esfuerzos entre las profesiones y las distintas organizaciones para alejar a aquellos que juegan con la desesperanza de las personas”.
Por su parte, el representante del Ministerio de Sanidad, Pedro Gullón, ha señalado la necesidad de que “el ensayo clínico esté dentro del marco ético, cuente con una revisión de conflictos de interés y que tengan una gran calidad”. Desde el CSIC, la investigadora Elena Campos-Sánchez apunta que no basta con hacer divulgación para frenar esta amenaza y considera necesario “que los investigadores salgamos de los laboratorios y expliquemos lo que hacemos y cómo lo hacemos”.
Para la coordinadora del Observatorio contra las Pseudociencias de la OMC, la doctora Rosa Arroyo, esta declaración marca un "hito respecto a la ciencia y contra las pseudociencias”. El documento pone de relieve que las prioridades en las políticas de investigación se deben basar en las necesidades de salud y bienestar y fomenten aquellos desarrollos e innovaciones que añadan valor sanitario y social y que se mantengan actualizadas las metodologías de las ciencias sanitarias.
El comunicado también refleja la necesidad de aplicar los principios de la Ciencia Abierta para mejorar los procesos de revisión y publicación de los resultados de las investigaciones y poner a disposición de la ciudadanía de forma libre y gratuita el conocimiento científico. Además, subraya la pertinencia de introducir cambios en la evaluación del desempeño de los grupos de investigación que prioricen la calidad y pertinencia de los trabajos, y no la cantidad de artículos publicados.
Finalmente, la declaración recoge la necesidad de "impulsar canales y contenidos apropiados que permitan difundir una información veraz y comprensible de los avances científicos, sin generar falsas expectativas a pacientes y ciudadanos y saliendo al paso de comunicaciones públicas prematuras, inmaduras o engañosas de resultados de las investigaciones".