Por Lucía de Mingo
17 de marzo de 2023Los médicos de la sanidad privada siguen en pie de guerra. ¿El motivo? Las tarifas que las aseguradoras pagan a los facultativos por cada consulta o revisión de los pacientes. Unas tarifas que, según un documento elaborado por UNIPROMEL, la asociación española de médicos de ejercicio libre, sobre los baremos de 21 compañías aseguradoras en medicina general, perteneciente a diciembre del año 2022, y al que ha podido acceder Medicina Responsable, por una primera consulta, el médico recibe unos seis euros de media, cifra que baja a los tres cuando se trata de una revisión del paciente.
“Las aseguradoras tienen un dinero que no es suyo. Los pacientes les confían su dinero por la reputación que tienen, por su prestigio, confiando en que van a hacer un buen uso, pero si las compañías, de cada 10 euros, dos se los dan a los mediadores (como comisión) y ellas se quedan otros tres (para los gastos y beneficios), al médico le llegan finalmente escasos cinco euros”, señala el doctor Ignacio Guerrero, presidente de UNIPROMEL.
Si ponemos el foco en los datos del documento, se puede observar que el precio medio del honorario de la primera consulta es de 9,91 euros y de la revisión de 4,32 euros. Pero esto no es lo que finalmente reciben los profesionales, según la asociación española de médicos de ejercicio libre, ya que también tienen que pagar el 40% de los gastos de consulta, que se llevan los grandes grupos hospitalarios y las policlínicas. De esta forma, por ejemplo, en el caso de un médico general, de media, acaba recibiendo por una primera consulta 5,94 euros netos y por una revisión 2,59 euros. “No son conscientes de que no pueden obligar a los médicos a trabajar a pérdidas solo para que ellos obtengan más beneficios, no es justo ni razonable. Pero eso el asegurado no lo sabe, no sabe que están abusando del médico”, hace hincapié el doctor Guerrero.
Pero ¿cuánto es lo máximo que reciben los profesionales? ¿y lo mínimo? Los médicos generales cobran entre 12 y 3,90 euros netos, en el caso de las primeras consultas. En cambio, si prestamos atención a las revisiones, el panorama es mucho más desolador, ya que reciben entre 7,20 y los 3,61 euros netos. “Las compañías ponen un euro arriba un euro abajo el precio de consulta para que no parezca que se han puesto de acuerdo. Llevan 10 o 12 años haciéndolo para que no sea evidente, que no haya pruebas de que hay un cartel de las propias compañías que no permiten un libre mercado. Como consecuencia de ello, prácticamente casi todas las compañías pagan la horquilla de medicina general de 8 a 10 euros y las especialidades de 16 a 19 euros”, afirma el presidente de UNIPROMEL.
Si observamos los precios máximos y mínimos, en primera consulta, el honorario máximo son 20 euros, mientras que el mínimo son 6,50 euros brutos. En cuanto a las revisiones, los precios oscilan entre los 12 y los 6 euros brutos, aunque no hay que perder de vista que, de acuerdo con el documento consultado, de las 21 aseguradoras, el 29% de ellas no pagan las revisiones. Es decir, no todas las consultas se pagan, ni todas las revisiones.
“Ellos consideran que el sistema no permite pagar más que la primera consulta y una revisión, a mitad de precio, en los 60 días posteriores porque dicen que, si pagan más, no pueden sostener el sistema al precio que se paga la póliza”. El doctor Guerrero señala que las compañías les dicen directamente que no les van a pagar más de una consulta y es ahí cuando los profesionales reclaman que sean ellas las que le informen al asegurado que tiene una consulta y una revisión. “Y te dicen ‘no, te lo digo a ti´, por lo que la tercera, cuarta y quinta revisión llega en la liquidación como consulta sucesiva 0€”.
Esto significa que, al mes, un asegurado tan solo tiene derecho a hacer una consulta y una revisión. Ya en el siguiente mes pueden hacer, en algunas compañías, otra revisión, aunque en la mayoría siguen la dinámica de que no las cubren hasta dentro de, por lo menos, 60 días. Sin embargo, el profesional no puede cobrárselas aparte “porque si se la cobras, el paciente la reclama a la compañía y ésta automáticamente te dice que si vuelves a cobrar a uno de sus pacientes te pueden expulsar del cuadro médico, porque está totalmente prohibido”.
Pero el problema no se queda ahí. Las compañías tampoco pagan por las consultas nuevas de un paciente por otro concepto. “Cuando un paciente viene antes de los dos meses, la compañía te dice que no, que esa consulta tendrías que haberla resuelto en la primera y aunque les digas que el paciente venía por otro motivo les da igual, porque sospechan que los profesionales les engañamos”.
Como consecuencia directa, los profesionales han ido adaptando su red de pacientes a los precios, es decir, meten más pacientes, les hacen volver a pedir cita otro día, que vayan por urgencia y no por consulta, que intenten evitar las revisiones… “Si lo hacía todo en ese día salgo yo perdiendo. A mí no me van a engañar ellos, pero a mucha gente joven y a médicos que no tienen otro sitio donde trabajar sí”, relata Guerrero.
Actualmente, la mayoría de los profesionales ya no están en sus consultas propias porque tienen unos gastos medios al mes de 3.000€. Esto significa que, tan solo para recuperar gastos, tendrían que ver a 300 pacientes a 10€. Por ello, tienen que pasarla con otro intermediario, que generalmente es un grupo hospitalario o una policlínica, porque no es rentable tener una propia.
Pero no es oro todo lo que reluce. A los médicos que trabajan en estas instalaciones les cobran un 40% de gastos de consulta, es decir, casi la mitad de su honorario se lo lleva un tercero. “El grupo hospitalario te dice ‘bueno, te ahorras todos los gastos y te vienes conmigo’, y tú vas de buena fe, creyendo que con ellos tus baremos van a ser mejores porque son más fuertes para negociar. Pero te vas con ellos y te dicen que no van a pedir más dinero para ti y que te quitan el 40%. En definitiva, la aseguradora me obliga a trabajar a 15€ brutos y el grupo se queda el 40%”, concluye el doctor Guerrero.