Por Julia Porras
17 de noviembre de 2023Llegaron como siamesas y se van como gemelas. Cuando Khadija y Cherive llegaron desde Mauritania al Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, estaban unidas por su abdomen, pero gracias a una operación de más de cinco horas y a un equipo multidisciplinar de más de 20 profesionales formado por anestesiólogos, cirujanos, neonatólogos, enfermeros, auxiliares, ingenieros, bioingenieros y técnicos de imagen, las pequeñas pudieron ser separadas con éxito y podrán llevar una vida normal.
Durante una rueda de prensa celebrada en el hospital catalán, Manel del Castillo, director gerente del hospital, ha explicado que el hospital Sant Joan de Déu tiene desde hace años un programa de colaboración con Mauritania, enfocado en dos objetivos; uno para implementar capacidades locales y transformar el sistema sanitario de ese país y el segundo para llevar a cabo complejas operaciones a través del programa Cuida’m. “Las pequeñas han venido a través del segundo programa de colaboración”. Por su parte, Ana Alarcón, neonatóloga del centro hospitalario, ha explicado que “el traslado de las gemelas ha sido fruto de un trabajo de coordinación entre el hospital, los servicios de emergencias de Mauritania que cuidaron de las pequeñas hasta que las recogimos a pie de pista en Mauritania y el SEM (Sistema de Emergencias Médicas), que trasladaron a las siamesas hasta el hospital tras un vuelo de cuatro horas sin incidencias, en el que se mantuvieron estables”.
Las niñas llegaron al hospital sobre las dos de la madrugada; allí se encontraban su madre y un tío, que viajaron antes para instalarse, y que han estado con ellas en todo momento para llevar a cabo, junto al equipo de enfermería pediátrica, los cuidados previos y posteriores a la operación necesarios.
Una semana antes de la intervención, que se produjo hace nueve días, los equipos de cirugía, neonatología, anestesiología y pediatría prepararon a las niñas para la operación, y ahí es donde entra en juego el departamento de Simulación e Impresión 3D, coordinado por José Quintillá, que ha explicado el procedimiento previo que se llevó a cabo para realizar la compleja intervención: “Nuestra unidad de impresión 3D y simulación, lleva años realizando operaciones complejas y, para llevar a cabo la separación de las niñas, lo que hicimos fue crear con maniquíes y silicona un doble exacto de la posición de las niñas. Además, gracias a las pruebas de imagen que ya teníamos de sus cuerpos, pudimos hacer un molde con impresión 3D de éstos”. El departamento planificó también una simulación con todo el equipo que iba a intervenir en la operación para “poder saber en qué lugar del quirófano tenía que colocarse cada profesional para intervenir en cada momento, porque la falta de movilidad de las niñas y la propia unión podía dificultar en ocasiones la movilidad y visibilidad de los profesionales”.
En este ensayo encontraron hasta 50 datos concretos a tener en cuenta el día de la cirugía. Plantearon incluso situaciones críticas que pudieran darse. Pero afortunadamente el día de la intervención “no hubo ninguna incidencia”, asegura el jefe de Servicio de Cirugía Pediátrica que lideró al equipo de la operación, el doctor Xavier Tarrado. “Esta intervención tenía una complejidad añadida. Se iniciaba con una operación y una paciente, con las niñas conectadas que debíamos separar, pero en un momento determinado, cuando ya las habíamos separado, continuaba con dos pacientes y dos intervenciones. Teníamos que disponer de dos mesas de operación en el mismo quirófano para poder acabar de intervenir a las niñas por separado, para poder reconstruirles la pared abdominal y cerrar la herida”. Aún así no fue necesario utilizar ningún tipo de prótesis, fue suficiente con el tejido abdominal de las niñas.
Las niñas solo compartían el hígado por la parte central y algunos vasos sanguíneos. Eso, unido a que gracias a la simulación tenían claras las uniones anatómicas de las niñas, hizo que los profesionales que intervinieron en la cirugía, “tuviéramos la sensación de que que ya habíamos realizado esta intervención antes. Sabíamos muy bien cómo debíamos abordar la cirugía y eso permitió llevarla a cabo en menos tiempo y con mayor seguridad”, asegura Tarrado.
Tras la operación, Khadija y Cherive fueron trasladadas a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales y se recuperaron rápidamente. “A las pocas horas de su llegada a la UCI, les pudimos retirar la ventilación automática para respirar y en breve iniciamos la alimentación por vía normal que las niñas soportaron sin problema. Su evolución fue muy buena en los siguientes días, de hecho, si siguen evolucionando con esa normalidad, podrán volver a su casa a principios de la semana que viene”, ha dicho la doctora Alarcón.
Un cirujano de Mauritania, que se desplazó a Barcelona para estar presente en la cirugía, hará su seguimiento a su regreso al país donde, “las ya gemelas, podrán disfrutar junto a su familia en su país de una vida complemente normal e independiente, que era el objetivo de esta operación”, ha concluido Manel del Castillo, gerente del hospital Sant Joan de Déu.