Indemnizan a unos padres con 175.000 euros por una negligencia que acabó con la vida de su bebé

La Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana indemnizará con 174.327,05 euros a los padres de una bebé que falleció a los tres días de nacer por una incorrecta asistencia sanitaria a la madre durante el parto en el Hospital de Sagunto (Valencia).

La familia ha recibido la noticia 12 años después del fallecimiento y de que presentara una reclamación ante Sanidad, alegando que la pequeña sufrió asfixia perinatal grave por la falta de observación y valoración de datos reveladores de sufrimiento fetal, reflejados en las gráficas de parto. Una asfixia que pudo haberse evitado si se hubiera realizado una cesárea.

Cuando la madre acudió a Urgencias del centro hospitalario saguntino, a las 22 horas del 17 de febrero de 2013, ella y el feto se encontraban en perfectas condiciones. Una matrona le exploró y comprobó que tenía una dilatación de unos tres centímetros y el ginecólogo, después de hacerle una primera revisión, le derivó a una habitación.

Después de unas horas, cuando la dilatación fue de ocho centímetros, la matrona le indicó que empujara para que se encajara la bebé, ya que no lo estaba. Entre las cuatro y las siete y media de la mañana, los progenitores indican que esta profesional se limitó a entrar y salir de la habitación “tranquila, mirando el reloj y manipulando su móvil”.

La reclamación añade que, a partir de las cinco horas, ya había síntomas de sufrimiento fetal, pero que ni el ginecólogo ni la matrona tomaron la decisión de practicar una cesárea urgente. Según los denunciantes, la actitud de ambos “estuvo totalmente alejada de los protocolos médicos y de la 'lex artis' pues, pese a tener conocimiento de la situación, no actuaron”.

Una hora después, los síntomas de sufrimiento fetal ya eran alarmantes y tampoco se optó por una cesárea, sino que indicaron a la madre que siguiera empujando. “Debería haberse practicado, pero mantuvieron una actitud expectante y esperaron al cambio de turno, con inobservancia y descuido de los más elementales deberes de cuidado exigibles, vulnerando las reglas más elementales de cautela o diligencia para que los compañeros del nuevo turno tomaran una decisión y no alargar, así, su horario laboral”, se detalla en la resolución.

A las ocho de la mañana, la matrona que comenzó su turno, alarmada por la situación en la que se encontraban la madre y la bebé, la situó en la camilla en posición de potro y dio toque de alarma a los ginecólogos. “El nonato presentaba un estado deplorable”, señala el escrito. Inmediatamente informaron al padre de que iban a derivarla a paritorio y a quirófano y, rápidamente, le administraron oxitocina y le realizaron una episiotomía. La bebé nació media hora más tarde con ayuda de una ventosa, sin respiración ni llanto. Le entubaron, le pautaron adrenalina y le hicieron un masaje cardíaco. Después, fue trasladada al Hospital La Fe de Valencia, donde falleció a los tres días.

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