Por Juan García
30 de mayo de 2025Las familias españolas han ido aumentando en los últimos años el gasto que destinan al cuidado de la salud, hasta situarse en una media de 631 euros en 2022. Esta cifra supone un aumento del 50% en dos décadas, según se desprende de un informe sobre el gasto en salud elaborado por la Fundación BBVA. En este estudio se analiza la evolución del desembolso que hacen los hogares españoles para el cuidado de su salud, desde el pago de seguros hasta la compra de productos como gafas, audífonos y servicios dentales.
Estas cifras, basadas en los datos que aportan el Ministerio de Sanidad y el Instituto Nacional de Estadística (INE), apuntan que el gasto privado aglutina tres cuartas partes del total de la inversión que se realiza en salud en España (un 25,9%), ascendiendo a 33.606 millones de euros.
Al desgranar estos datos, se apunta que, de este presupuesto, la mitad fue destinado a la compra de aparatos terapéuticos como gafas graduadas y audífonos, mientras que la otra mitad se dedicó a la adquisición de productos farmacéuticos y costear servicios médicos, hospitalarios, servicios dentales y otros auxiliares.
En valores porcentuales, también se aprecia un aumento del gasto de los hogares españoles, que han pasado de destinar un 3,4% de su presupuesto doméstico al cuidado de la salud en 2006, a un 4,8% en 2023.
El nivel socioeconómico es una de las variables que más impacta sobre este gasto, apreciándose importantes diferencias entre las familias con más y menos recursos. Los españoles que viven en hogares con mayor nivel de renta gastaron en 2023 una media de 938 euros en salud, lo que supone casi cuatro veces más que las que pertenecen a familias con los niveles más bajos de ingresos, que solo gastaron 265 euros. A este respecto, el informe hace hincapié en el “papel relevante” que tienen los hogares en la financiación de los servicios de salud.
Durante las dos décadas que analiza el estudio, el mayor incremento se ha registrado en el gasto de las empresas de seguros privados en salud para cubrir los servicios sanitarios de sus asegurados, que se ha elevado un 88% en el periodo contemplado, mientras que los pagos directos de las familias, que suponen el 72% del gasto privado en salud, han crecido un 42%.
El crecimiento en el gasto sanitario privado ha experimentado una tendencia más regular que en el caso público, que se vio afectado por una importante reducción durante los años posteriores a la crisis económica de 2008. “A diferencia de la oscilación experimentada por el gasto público durante la Gran Recesión, el gasto privado en salud, que se compone mayoritariamente del gasto de las familias, experimenta una tendencia creciente en la mayor parte de este siglo XXI”, reza el informe. La tendencia creciente en el gasto privado solo se vio truncada en 2020, por el menor gasto en servicios sanitarios privados como consecuencia de las restricciones de movilidad durante la pandemia.