Fuerte rechazo a la "ley trans"

Desbordados, indignados y muy preocupados por la salud mental y física de los menores que están acudiendo a sus consultas. La conocida como "ley trans" no solo está causando incomprensión y malestar entre los políticos y la sociedad, sino que también ha provocado una crisis en las consultas psicológicas y de Unidades de Género de las distintas comunidades autónomas.

 

Los casos de menores que dicen sufrir disforia de género, es decir aquellos que no se sienten cómodos con su sexo biológico, se han incrementado entre un 20 y un 30%, según la psiquiatra Ruth González, de la Unidad de Género del Hospital Clínico de Valladolid. “Obligar a los menores de 16 años a tomar decisiones sobre el cambio de su identidad de género, cuando la adolescencia es una de las partes más críticas de la vida, puede tener unos impactos posteriores de no retorno”. Sobre todo, teniendo en cuenta que el 50% de los menores que acuden a su consulta para iniciar el proceso de cambio de mujer a hombre lo abandona y el 30% de los menores que inician el trámite para cambiar de hombre a mujer, también lo deja.

 

Riesgos para la salud física y mental

El prestigioso cirujano plástico y reparador, el doctor César Casado, experto en realizar este tipo de intervenciones quirúrgicas, lo tiene claro; “la ley trans es una barbaridad que pone en riesgo la salud de los menores. Cualquier cambio hormonal y quirúrgico antes de los 18 años supone cambios físicos en la maduración ósea de los adolescentes y una genitoplastia (operación de cambio de sexo) es irreversible”.

 

Psicólogos, psiquiatras, endocrinos, médicos, todos coinciden. “La pubertad se frena con la hormonación e intervenir a alguien quirúrgicamente en la adolescencia sería un gran error”. Así, la psiquiatra Ruth González insiste en las secuelas de los tratamientos para el cambio de género.  “Hay riesgos cardiovasculares, de peso, de control de lípidos. Además, si se quitan los estrógenos en el proceso de hormonación, el riesgo vascular es muy alto y, en algunos casos, se ha visto que produce displaxia en el útero. Por ello, es muy importante que quien quiera someterse a este tipo de tratamientos sea mayor de edad”.

 

Los daños no son sólo físicos

Para una gran parte de la comunidad científica, la “ley trans” debe ser elaborada con su opinión, ya que esta norma va a producir muchos “daños psicológicos difíciles de reparar”.

La doctora Luisa González, vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid, aboga por realizar una evaluación completa de los menores que quieren cambiar su género en el registro civil. “Los adolescentes están en proceso de maduración y hay una gran presión social en redes para relacionar cualquier malestar con la identidad sexual. Por ello, es fundamental ir a la causa y permitir a los profesionales que hagan una valoración psicosexual, una valoración integral de los adolescentes”.

 

El psicólogo y biólogo Manuel Hernández, presidente de la Asociación Española del Trauma Psicológico, advierte sobre los terribles efectos psicológicos para la asistencia sanitaria a la transexualidad cuando detrás puede haber otros trastornos no tratados. “Estamos viendo dos tendencias: por un lado, que hay una explosión brutal de adolescentes que quieren cambiar de género, (que creemos que es debido a que no se gustan a sí mismos y piensan que si cambian su cuerpo cambian su forma de ser). Por otro, se corre el riesgo de que la persona que quiere cambiar de sexo trate de solucionar un caso de identidad de género cuando detrás hay un problema de trastorno límite o de personalidad”.

 

En definitiva, los expertos piden cautela y tiempo para abordar la “ley trans”, sobre todo después de que países como Inglaterra o Finlandia, precursores de esta normativa, hayan cambiado sus pautas médicas oponiéndose a la mayoría de los cambios en la pubertad y en la adolescencia, excepto en situaciones más graves y solo en un entorno de investigación.

 

 

 

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