Por Juan García
21 de marzo de 2024Lesiones, recaídas, bajones de rendimiento…La salud y sus efectos sobre el rendimiento de los deportistas, especialmente en el más alto nivel, es un aspecto crucial a analizar por parte de los equipos deportivos y se convierte, con frecuencia, en la peor pesadilla para jugadores, técnicos y aficionados. Este y otros asuntos relacionados con el tratamiento y la prevención de problemas de salud para los deportistas se han debatido en el “International Summit on Elite Sports Medicine”, un evento que ha congregado en el Hospital Universitario HM Sanchinarro de Madrid a diversos expertos del mundo de la medicina deportiva, con un especial protagonismo del mundo del fútbol, de la mano de la compañía Fútbol Doctors Network (FDN).
La decepción que generan las lesiones y otros eventos adversos recae a menudo sobre los médicos como los principales “culpables” de una mala gestión deportiva y sanitaria. “Un médico corriente tiene a sus compañeros y los familiares del paciente juzgando sus decisiones. Cuando trabajas para un gran club, tienes a 20 millones de personas sometiendo a examen tu criterio médico”, señala el que fuera jefe médico del Real Madrid hasta hace unos meses y actual asesor del club en el marco de esta jornada, Niko Mihic.
El doctor Mihic ha repasado, junto a los médicos de los clubes de fútbol Bayern 04 Leverkusen y Manchester United, Philipp Ehrenstein y Gary O’Driscoll, algunos de los principales factores a tener en cuenta para manejar adecuadamente los procesos de recuperación de los jugadores tras una lesión.
La monitorización continuada de las variables fisiológicas de los futbolistas revela como funciona su cuerpo y qué efectos tienen las dietas, el estrés o el estado de salud sobre su rendimiento. “Incluso comiendo lo mismo, los niveles de glucosa de cada jugador a lo largo del partido, que tienen un impacto importante sobre su nivel de activación y desempeño, varían de forma considerable”, explica Mihic. Gracias al análisis de variables como esta, los médicos pueden llevar a cabo actuaciones específicas que resulten beneficiosas para cada jugador, adaptándose a las características de cada uno.
“Somos el eslabón más débil dentro de un equipo, los entrenadores nos ven muchas veces como su oponente a la hora de contar con los jugadores”, comenta Ehrenstein. El fuerte carácter de muchos entrenadores de primer nivel y la repercusión mediática de cualquier evento relacionado con las superestrellas del fútbol dificulta que los médicos puedan establecer una comunicación eficaz con el equipo y que se tengan en cuenta sus criterios sin ser vistos como los malos de la película.
Frente a estos obstáculos, las claves, según coinciden en señalar los tres doctores, es desarrollar relaciones de confianza con entrenadores y jugadores y hacer un seguimiento individualizado de cada caso. “Como médico, mi postura es: ante la duda, sácalo del campo”, explica Mihic, aunque coincide con sus colegas en la importancia de implicar al entrenador en la toma de decisiones de manera “consensuada”. Un continuo juego de equilibrio de riesgos en el que, pasarse de precavido o pecar de atrevimiento puede tener consecuencias fatales para el equipo, y especialmente para la reputación del médico.
En este sentido, la fórmula para el éxito que reconoce aplicar el doctor O’Driscoll consiste en tratar de “implantar la semilla de la idea que crees conveniente en la cabeza del entrenador”, más que tratar de confrontar para imponer el criterio médico. “Cuando trabajas para gente como entrenadores de fútbol es muy difícil trasladarles la importancia del cuidado”, expone el doctor del Manchester United.
El riesgo implícito que conlleva la práctica deportiva es, en ocasiones, “imposible de predecir al 100%”, como argumenta O’Driscoll. “Hay veces que no estás completamente seguro de cómo debes establecer un plan de acción frente a una lesión grave en un primer momento”, afirma, por lo que considera indispensable tener planes y protocolos establecidos previamente con una clara delimitación de las funciones de cada uno de los miembros del equipo médico.
Aunque siempre hay un riesgo, “nuestro papel es minimizarlo”, concluye el doctor. El verdadero reto para estos profesionales considera que reside en saber conjugar los intereses del club, el futbolista y el entrenador y ser consciente de donde están los límites. “El entrenador quiere ganar el siguiente partido, el club quiere un buen resultado a final de temporada y el jugador busca estar ser determinante y ayudar al equipo. Son formas totalmente distintas de verlo”, explica.
Otro aspecto que no descuidan los clubes cuando se trata de lesiones es el económico. Daniel Sheth, cofundador de FDN, apunta que, en el mercado europeo del fútbol, la lesión de un jugador puede implicar una reducción de su valor en importantes cifras. Así, señalaba ejemplos de diversos jugadores en las ligas española, inglesa o alemana, en los que esta cuantía superaba los 20 millones de euros.